La onicocriptosis, uña enterrada o uña encarnada es una patología por la cual los pacientes no acuden al médico, sino hasta que ya ha avanzado la enfermedad y han agotado todos los remedios caseros posibles, los cuales la mayoría de las veces no funcionan.
Este problema se origina por el crecimiento inadecuado de la uña del dedo gordo del pie (primer ortejo) la cual se incrusta en los tejidos blandos que la rodean, causando lesiones e infecciones secundarias, sumamente dolorosas e incapacitantes.
Es más frecuente en los varones jóvenes, sin embargo conforme avanza la edad se va haciendo proporcional al sexo femenino. El 20% de los pacientes que padecen onicocriptosis la pueden tener en ambos pies.
La onicocriptosis se produce por malos hábitos del paciente como lo son el calzado inadecuado (zapatos de punta o de horma estrecha), mal corte de las uñas (cortar las uñas muy pequeñas en las esquinas), mala higiene, golpes directos al dedo, practicar deportes, etc. Algunas enfermedades pueden provocar este problema como son las causadas por hongos, bacterias, virus, entre otros agentes etiológicos, así como tumores que aparecen comúnmente en el tejido cercano a la uña, enfermedades sistémicas como insuficiencia pulmonar, renal o hepática; además de trastornos circulatorios.
Este tipo de lesiones se complican porque el paciente empieza con los clásicos remedios caseros, como por ejemplo colocar Tiosalicilato de etilmercúrico rojo mejor conocido como Merthiolate® el cual tiene una acción bacteriostática (impide que la bacteria se reproduzca, envejeciendo y muriendo) que ayuda al control de la infección, sin embargo la manipulación de la lesión impide su mejoría, el color de tintura que contiene el Merthiolate® hace que el paciente piense que sea parte del medicamento y éste le impide ver el avance de la enfermedad.
Un error que comúnmente se comete es dar antibióticos sistémicos (tomados o incluso inyectados) sin hacer curación, pues aunque la infección se puede detener, la uña sigue provocando daño en los tejidos blandos con la persistencia de la inflamación y de la infección.
Los vecinos, la familia, los compañeros de trabajo y los amigos dan opiniones médicas (sin ser médicos) que condicionan la complicación del problema. Incluso en la televisión se anuncian gotas mágicas capaces de desenterrar una uña encarnada. Todo lo anterior sólo retrasa el proceso de curación.
Lo más adecuado es hacer un curetaje bajo anestesia el cual debe realizar personal de salud capacitado. Una uña encarnada mal tratada puede condicionar infecciones graves como la osteomielitis (infección del hueso) que incluso provocarían la pérdida del dedo. Los pacientes diabéticos de larga evolución tienen un riesgo mayor de que una uña encarnada se convierta en una infección severa, que al paso del tiempo conlleva a una amputación.
La prevención es un punto muy importante. El corte de las uñas debe ser recto. Se sumergen los pies en agua caliente jabonosa a fin de reblandecer las uñas y poder cortarlas de forma fácil y adecuada. No es recomendable arrancar los “pellejos o uñeros”. Las personas con abdomen prominente como las obesas, las embarazadas o con problemas de columna, deben ser asistidos por otras personas en el corte y aseo de las uñas, esto por la dificultad de flexionar la cintura para cortarse las uñas de forma correcta. Lo mismo aplica para los adultos mayores, con capacidades diferentes o impedidos por alguna situación. En caso de presentarse sangrado al momento del corte, lava muy bien la herida, y aplica sustancias bactericidas o microbicidas como lo son el Isodine® (Yodopolividona) o el Merthiolate Blanco® (Cloruro de Benzalconio). Un excelente antiséptico, que además es económico y fácil de encontrar, es el agua oxigenada, puedes aplicarlo de forma inmediata en la herida y te aseguro que ésta no se va a infectar, siempre y cuando realices la higiéne correcta.
Una uña encarnada puede ser un gran problema si no se atiende a tiempo. En México la mayoría de las personas que se anuncian como podólogos, no son médicos, son personal técnico capacitado en la atención de problemas simples de los pies. Al no ser médicos, no pueden prescribir antibióticos, pues éstos sólo se surten en las farmacias con receta médica.
Recuerda, los pies también son importantes.
Dr. Carlos P. Baquedano Villegas
Cancún, Q. Roo, México. Abril del 2012