Aún
tengo recuerdos dolorosos de mis mascotas en la infancia. Al crecer en un
rancho, tener perros y gatos era cosa fácil, pero también peligrosa como lo es
hasta la fecha. Y digo recuerdos dolorosos, porque en tres ocasiones tuve que
ser sometido a un esquema antirrábico. No puedo mencionar toda la serie de
improperios que le decía al doctor al recibir tal cantidad de inyecciones en el
ombligo. Aquello me causaba tanto dolor, que
al sólo recordarlas siento escalofríos.
La
rabia es una situación de riesgo para la salud causada por mascotas es estar
expuestos a ser mordidos, aún siendo su
dueño o bien, un desconocido. Al respecto, la jurisdicción sanitaria
determina aplicar el esquema antirrábico a toda persona que haya sido mordida
por un perro, ya sea propio o ajeno; así
también cuando están en contacto directo con mascotas enfermas de
sarna, ya sean caninos o roedores.
En
la actualidad poco probable ver un caso
de rabia humana, sin embargo, la
conducta sanitaria es aplicar el esquema antirrábico a las personas que han
sido mordidos o en contacto directo con mascotas con sarna como lo pueden ser
los caninos y roedores. Y aunque hace años no se reporta un caso de rabia
humana en México, la aplicación de las inyecciones no deja de ser molesta y
dolorosa.
Ahora,
siendo un profesional de la salud, veo
con mucha preocupación como la gente tiene mascotas sin temor a enfermarse o a
someterse a lesiones. De igual forma, no hay consideración en producir
sufrimiento a los mismos animales al tenerlos en lugares que no son propicios.
Presente
está en mi mente la imagen espantosa de una nena que fue agredida por un perro
Rottweiler, el cual le mordió la cara y le
desprendió parte del rostro durante la agresión. Me encontraba de guardia en el
hospital de pediatría cuando la llevaron sus padres; quedé sumamente impresionado al ver esa lesión, misma que dejó marcada a una bebe de por vida y que
incluso, pudo causarle la muerte.
Los
animales que se tienen como mascotas son
eso, mascotas, no juguetes. Sin embargo,
es muy común que los niños (incluso los adultos) las traten como juguetes, permitiéndoles convivir con ellos en la casa
(zoonosis, como se le llama a la convivencia con animales), abrazarlos, comer y
dormir con ellos.
Muchas
personas desconocen o se niegan a reconocer que los animales son condicionantes
de enfermedades cuando se convive en forma directa con ellos.
Los
pacientes que padecen algún tipo de alergia (como el asma, rinitis alérgica,
dermatitis atópica, etc.) no deben mantener contacto dentro de su entorno
inmediato con animales con pelo como los perros, gatos, roedores; o con plumas, ya que los pelos y plumajes soltados
por estos animales desencadenan crisis
de sus alergias, cuadros repetitivos de las mismas e incluso complicaciones que
deterioran significativamente su calidad de vida.
¿Has
visitado a algún amigo que tenga perros
o gatos dentro de su casa? Te aseguro que en el sofá de la sala o en las sillas
con forros de tela, te encontraste con infinidad de pelos los cuales quedaron
adheridos a tu ropa. Además, te puedo apostar, que lo primero que percibiste al
llegar a la casa fue el olor a orines de animal. ¡Qué desagradable! ¿Verdad? Pero,
cabe aclarar que esto es lo menos grave del asunto, pues lo realmente importante
es que ese ambiente es propicio para desarrollar una enfermedad bacteriana que se llama
Leptospirosis, la cual puede ser transmitida al ser humano a través de la orina
de los perros.
Y
es en este punto en donde abordo el mal trato (a veces involuntario) que se les
da las mascotas al tenerlos en lugares inadecuados, con espacios reducidos como
lo son las casas de interés social hoy en día. Si a esto agregamos a propietarios
irresponsables que llevan a sus mascotas a los parques o vía pública para
realizar sus necesidades fisiológicas y se
marchan sin recoger las heces fecales que dejaron sus animales. De ahí viene la
facilidad de adquirir una lombriz que se introduce a través de la piel y
empieza a correr por debajo de ella formando surcos predominantemente en los
pies en los adultos y en los bebés en las nalgas (por estar sentados en el piso
o en la playa). Este parásito recibe el nombre de Larva Migrans.
En
más de una ocasión me ha tocado atender niños con lesiones en la piel, cuyos papás refieren desconocer
qué se las ocasionaron. Al hacer el análisis de las condiciones de vida
de los pacientes, se encuentra la presencia de mascotas que lamen la cara de
los niños o partes de su cuerpo que le provocan infecciones de la piel llamadas
piodermitis. ¿Por qué sucede? Simple lógica. Los animales comen, mascan de
todo, andan en el suelo y no se lavan los dientes. Además,
la saliva de los perros y gatos contiene abundantes bacterias. Por ello al lamer a los niños, que por lo general tienen
pequeñas heridas que pasan inadvertidas para los padres, las bacterias penetran en su cuerpo de una
forma rápida y les generan alguna
alteración en su estado físico.
Un
aspecto muy importante que no debemos perder vista es que los animales por muy
nobles o mansos que sean, nunca pierden
el instinto de su naturaleza. Pues como
diría mi papá: Los animales nunca dejan de ser animales; así que en ocasiones
al sentirse agredidos o lastimados responden espontáneamente a la agresión
causando heridas a las personas, siendo más vulnerables
los niños.
Las
niñas que tienen contacto directo con gatos u otro tipo de felinos corren un
gran riesgo de padecer toxoplasmosis, enfermedad parasitaria silenciosa que cuando
se encuentren en edad reproductiva condicionará que presenten dificultad para
la concepción o puedan tener hijos con Síndrome de TORCH. Esta enfermedad se
caracteriza por afectar al feto durante la gestación.
Los
reptiles (tortugas, iguanas, víboras) son una fuente de fácil contagio para una
bacteria que se llama Salmonela Tifi y que causa infecciones severas en el ser
humano.
Contrario
a lo que se cree, en el contagio de la Sarna Humana o Escabiasis, los perros y
gatos son inocentes, ya que el parasito que la produce, es exclusivo del ser
humano. Sin embargo, la micosis o tiña
es un organismo que vive en los perros de forma común y que puede ser
transmitida a los humanos de forma rápida mediante el contagio directo.
Es
cierto que tener una mascota es el sueño de muchos niños, pero muchas veces, el
sueño se convierte en una pesadilla, que puede ser muy dolorosa y costosa. Antes de comprar una mascota evalúa las condiciones en las cuales la
tendrás, la posibilidad de dedicar tiempo para su atención y cuidado, el riesgo
que representa para tu familia de acuerdo a sus condiciones de salud o edad, y
por último, recuerda que las mascotas
son seres vivos, no juguetes.
Tener
mascotas con responsabilidad genera un entorno saludable y feliz.
Dr.
Carlos Primitivo Baquedano Villegas
Especialista
en Medicina Familiar
Cancún,
Quintana Roo, México. Octubre del 2014
Visita mi sitio oficial: cbaquedano.com.mx
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