Derechos de los pacientes
Uno de los comentarios que con mayor
frecuencia los pacientes me refieren es que los médicos que los han atendido no
les explican con claridad que es lo que padecen, cómo se produjo la enfermedad
y cuál será la evolución de la misma. Esta falta de explicaciones sobre el
estado de salud por parte de algunos galenos, propicia desapego del paciente al
tratamiento a seguir, quien al no saber, se desespera y lo abandona.
Entre los derechos de los pacientes se
encuentra el recibir información suficiente, clara, oportuna y veraz. Sin
embargo, algunos pacientes no se atreven a preguntar cuando el médico por sí
solo no les explica al grado de tener un conocimiento preciso de su cuadro
clínico.
Les comparto el caso de un colega que
se hizo millonario manipulando a su conveniencia la información sobre el estado
de salud del paciente. Los casos sencillos los informaba como casos complicados
que gracias a él se curarían, claro con hospitalización y todos los costos que
esto generaba. Los casos graves los ponía como incurables y los incurables los
derivaba a otros médicos. Su frase célebre era la siguiente: “Si el paciente se
mejora es porque yo lo curé, si se complica o se muere es porque Dios así lo
quiso”. Este médico tenía una fama poco celebre en el gremio, ya que al ser un
mercenario de la salud con un deshonesto actuar, denigraba a nuestra noble
profesión.
Un paciente que recibe una explicación
clara de su enfermedad, es un gran aliado en el camino hacia la mejoría de su
estado de salud, pues sabe cómo la enfermedad va a evolucionar (esto evitará
llamadas innecesarias a la hora de descanso del médico porque aún no mejora),
identificar los signos de alarma o complicación, el apego al tratamiento
farmacológico indicado, los efectos adversos de los medicamentos, los cuidados
preventivos para evitar el contagio a otros miembros de la familia, las medidas
no farmacológicas, etc.
En los servicios médicos de atención
institucional o gubernamental, es muy frecuente que este proceder no se realice
de forma amplia o que de plano no se les explique, lo cual puede ser debido
al exceso de solicitud de consulta, al
escaso tiempo del que se dispone, a la falta de actualización de los
conocimientos, por cuestión de actitud, deshumanización, etc.
Nos contaba un compañero una anécdota:
En cierta ocasión entra un paciente a consulta y el médico sin preguntarle y
mucho menos mirarle ya estaba haciendo una receta. El paciente se indigna y le
reclama al doctor -¿Cómo es que está haciendo mi receta si ni siquiera me ha
preguntado que tengo?- El doctor sin levantar la vista le contesta -Esta no es
su receta, es para el paciente que sigue, la suya la tengo guardada en el cajón
de mi escritorio- parecería chiste, pero es un caso real.
En las enfermedades respiratorias, las
mamás de los niños enfermos son muy dadas a pedir antibióticos para la curación
de la enfermedad. Lo más sencillo y rápido sería recetar este tipo de
medicamentos, pero lo correcto es explicar a la paciente que las enfermedades
son ocasionadas por virus o bacterias, que ambas causas dan síntomas parecidos,
pero que el médico en base a sus conocimientos y a las características
encontradas en los pacientes determina el origen de la enfermedad, si es viral
no hay que dar antibióticos, únicamente analgésicos; la enfermedad tendrá una
evolución progresiva hacia la mejoría. En el caso contrario, si se identifica a
las bacterias como agente causal de la enfermedad, se otorgará el antibiótico
más adecuado, junto con analgésicos.
Todo este proceso informativo lleva mucho más tiempo que hacer una receta
con un medicamento innecesario, pero siempre será en favor de los pacientes.
En mis clases de farmacología y terapéutica,
antes de iniciar el curso los profesores empezaban con la frase “Primun non
nocere” (lo primero es no hacer daño). Esto porque TODOS los medicamentos
causan efectos adversos además de los beneficios. Luego entonces, pensar que si
se receta un antibiótico de forma innecesaria no pasa nada, es un raciocinio
equivocado. Les confieso que cuando veo una receta proveniente de esos centros
de salud de bajo costo con muchos medicamentos (la mayoría de ellos
innecesarios) me da tanto coraje que al paciente le engañen y que se prostituya
nuestra profesión, sólo con el afán de lucrar con la salud. Y es que el negocio
real de esos lugares es vender una gran cantidad de medicinas baratas de una
forma deshonesta, con ganancias exorbitantes a costa de la salud de los
pacientes. Cinco frascos de Ceftriaxona
de 1 gramo para una gripe ¿se les hace conocido? Si le preguntan a sus
abuelitas, la gripe se la curaban con analgésicos, reposo y un buen te. El
resfriado o rinofaringitis no necesita antibióticos.
Otra forma de lucrar es solicitando
estudios de laboratorio o gabinete innecesarios, la mayoría de las veces sin el
consentimiento informado de los pacientes, de los padres o representantes
legales.
Les pongo un ejemplo: En nuestro medio,
las escuelas cuentan con un seguro médico de bajo costo, por el cual pueden
recibir atención en clínicas particulares. Si un niño sufre un accidente, es llevado
a uno de estos lugares, en donde lo atienden y le piden estudios (la mayoría de
ellos innecesarios) con la finalidad de agotar el recurso del seguro. Ejemplo
si el golpe fue en el codo, le piden radiografías del codo, de la mano, de los
dedos, del hombro, de la clavícula, incluso del tórax, para descartar algún
problema. Otra de las prácticas es que
si el caso es leve, condicionan a los papás para que el paciente pueda ser ingresado
“para observación” y así incrementar el costo del seguro. Si el paciente no
accede al internamiento, le dicen que el seguro no aplica ¿Conoces algún caso
de estos? Sin temor a equivocarme te puedo decir que sí, sólo que no te habías
dado cuenta.
En México los pacientes tienen los
siguientes derechos:
- Recibir atención médica adecuada
- Recibir trato digno y respetuoso
- Recibir información suficiente,
clara, oportuna y veraz
- Decidir libremente sobre su
atención
- Otorgar o no consentimiento para
procedimientos de riesgo
- Ser tratado con confidencialidad
- Contar con facilidades para
obtener una segunda opinión
- Recibir atención médica en caso de
urgencia
- Contar con un expediente clínico
- Ser atendido cuando te inconformes
por la atención médica recibida
Pero también los médicos tenemos
derechos, y estos son:
- Ejercer la profesión en forma
libre y sin presiones de cualquier naturaleza
- Laborar en instalaciones apropiadas
y seguras que garanticen la práctica profesional
- Tener a disposición los recursos
que se requieren en la práctica profesional
- Abstenerse de garantizar
resultados en la atención médica
- Recibir un trato respetuoso por
parte de los pacientes y sus familiares, así como del personal relacionado
con la práctica profesional
- Tener acceso a educación médica
continua y ser considerado en igualdad de oportunidades para el desarrollo
profesional
- Tener acceso a actividades de
investigación y docencia en el campo de nuestra profesión
- Asociarnos para promover intereses
profesionales
- Salvaguardar el prestigio
profesional
- Recibir remuneración por los
servicios prestados
Para poder ejercer nuestros derechos y
obligaciones es importante conocerlos. La salud es lo más preciado que tenemos
y no puedes dejar ese tesoro en manos de personas que sin importarle tus
derechos lucran con ella. Infórmate.
Dr. Carlos Baquedano Villegas
twitter:@CBaquedano_V
Enero del 2013. Cáncun, Q. Roo, México