sábado, 1 de octubre de 2011

CÁNCER MAMARIO

Iniciaba mi ejercicio profesional como médico cuando una tía me pidió que fuera a visitar a una prima la cual no veía desde hacía mucho tiempo pues vivía en otro lugar.

Tenía el recuerdo de mi prima como una mujer joven, de mediana estatura, dicharachera, fiestera, de carácter agradable y fumadora. No sabía nada de ella en más de 2 años.

Al llegar a su alcoba, grande fue mi sorpresa al ver a una mujer diminuta, sin pelo, delgada, desgastada y sin ánimos, en una etapa de agonía avanzada. Esa era mi prima, víctima de un cáncer mamario, agresivo y en consecuencia mortal. La imagen que tenía ante mis ojos no se asemejaba en nada a la de aquella persona que yo recordaba.

Platicando con ella, recibí datos detallados de su historia: Dos años antes de esa fecha, cuando se bañaba se notó una “bolita” en el seno izquierdo pero no le dio importancia. Pasaron 3 a 4 meses y la “bolita” seguía creciendo de forma rápida por lo que decidió acudir al seguro social. En ese tiempo mi prima tenía la edad de 34 años. Al ser revisada por el médico, éste le detectó una tumoración de aproximadamente el tamaño de un huevo de gallina, por lo que fue enviada inmediatamente a ginecología, donde le hicieron de forma rápida más estudios y le dieron las terribles noticias: tenía cáncer mamario y era necesario operarla de inmediato. La cirugía consistía en quitarle el seno izquierdo.

Como sucede en la mayoría de los casos en los que se recibe una noticia de este tipo, la negación es la reacción inmediata a la sorpresa de saberse enferma. Equivocadamente busco medicinas alternativas que le ayudaran con su problema: recibió orinoterapia de curanderos (consistía en tomar su propia orina), tomaba brebajes a base de hierbas, chochitos de medicina homeopática, y todos los remedios que le dijeran pero siempre sin obtener resultados satisfactorios. Día con día la tumoración crecía y se volvía dolorosa. Cansada de su largo peregrinar regresó al médico y fue sometida a una cirugía de urgencia con extirpación total de la glándula mamaria, con un tedioso proceso de recuperación quirúrgico que dio paso a una serie de dolorosas y devastadoras quimioterapias y radioterapias. Desafortunadamente el tiempo de evolución había complicado el cuadro y posteriormente se le detectaron metástasis (raíces del cáncer en otras partes del cuerpo distintas a las del sitio original) en pulmones y cerebro.

La sentencia de muerte estaba dictada: no se le podía ofrecer nada, sólo quedaba otorgarle cuidados paliativos, que pudieran disminuir en la medida posible su sufrimiento. La familia decidió que ella no se debía enterar que estaba en una etapa final de la enfermedad. Cuando ella me preguntaba como médico si se salvaría o si iba a morir y en cuanto tiempo, me ponía en predicamento ético de no decirle la verdad y a contestar de forma evasiva. ¡Qué difícil situación! Es muy común que las familias oculten la verdad a los enfermos de la realidad de sus enfermedades, pero esta sobreprotección mal entendida sólo genera más angustia en los pacientes y no les dan la oportunidad de poner en orden su vida en los últimos momentos. Creo firmemente que los enfermos adultos tienen el derecho a saber sus condiciones de salud y su pronóstico de vida.

El ver fallecer a mi prima, rodeada del sufrimiento de su madre, sus hermanos y sus hijos (dos niños de 7 y 4 años respectivamente) fue una de las experiencias más tristes que me ha tocado vivir como ser humano y como profesional.

Haciendo un análisis de esta triste historia, podemos hacernos muchas preguntas para reflexionar que pueden ser de ayuda:

¿Por qué fumar si sabemos que el cigarro mata y es condicionante de cáncer?

¿Por qué no acudir de forma regular al médico a una revisión rutinaria?

¿Por qué buscar alternativas de curación de dudosos resultados ante un grave problema de salud?

Hoy en día existen campañas masivas de prevención del cáncer, en especial del mamario y cervicouterino. Estás detecciones son gratuitas en la mayoría de los servicios de salud públicos (incluso se hace a no derechohabientes), luego entonces ¿por qué se siguen enfermando de cáncer mamario y cáncer cervicouterino? Y peor aún ¿por qué se siguen muriendo de este problema?

La detección de los factores de riesgo modificables es un punto anterior a la detección misma del cáncer. Si fumas y sabes que esto es condicionante de esta enfermedad ¿por qué lo sigues haciendo? ¿A caso piensas que tú eres inmune? ¿Que a ti no te va a pasar nada? ¿Por qué expones a tus hijos e hijas al ser ellos también fumadores pasivos?

La salud es una responsabilidad compartida. Es importante buscar información, aprender sobre estos problemas de salud y no esperar a que nos vengan a ver a nuestro hogar para informarnos. Si en la familia existen antecedentes de cualquier tipo de cáncer, sé acuciosa, cuídate con más esmero y ten una cultura de prevención. Cuando el cáncer se detecta de forma precoz, es fácil de combatir y la mayoría de las veces exitosa. En la actualidad ya no es necesaria la extirpación total del seno ante la presencia de cáncer mamario. Se puede extirpar la glándula mamaria, preparado el seno para una prótesis que no va a dejar una huella física o la presencia de una mutilación traumática.

El negar la realidad no mejora el pronóstico de la enfermedad ni la cura. Si te has detectado alguna anormalidad en el pecho, acude al médico de forma inmediata, no dejes que la angustia se apodere de ti. La mayoría de las veces las bolitas o tumoraciones de los senos son benignas, pero hay que estudiarlas.

En la mayoría de las ocasiones, es más grande la angustia y el miedo que se genera al detectarse una tumoración en los senos que la enfermedad misma. Y resulta que al momento de acudir al médico este nos indica que no era nada grave.

Aprende a practicarte la exploración mamaria. Hazlo de forma rutinaria, cuando menos una vez al mes. El mejor momento para realizar esta autoexploración es la hora del baño a la mitad de tu ciclo de ovulación.

Si ya tienes 50 años, o si tienes 40 con antecedentes directos de cáncer mamario, hazte la mastografía. Este tipo de estudios tienen un gran pronóstico predictivo para enfermedades de los senos. Aunque el estudio es doloroso y molesto, te lo debes realizar de forma periódica. En la actualidad es gratis den la mayoría de las instituciones de salud pública. De igual forma, existen instituciones no gubernamentales que constantemente organizan campañas de detección de cáncer.

Existe información en todos lados, sólo basta poner autoexploración mamaria o cáncer mamario en un buscador de internet y encontrará todo lo necesario para aprender sobre este problema de salud. También puedes acudir a las diferentes instituciones de salud.

Estoy seguro que haz de conocer a muchas personas que han tenido la desgracia de padecer cáncer mamario. Este es un proceso desgastante para el enfermo y su familia. No te expongas, no expongas a tu familia a la desintegración y a tus hijos a la orfandad. Edúcate en prevención a la salud y educa a tu familia. Comparte con tus amistades lo que adquieres. La mejor arma para combatir este problema es la detección oportuna, precedida de la educación en salud.

El día 19 de octubre es considerado como el día mundial de la protección de cáncer mamario. Que no sea algo simbólico para ti. Aprovecha hacerte la exploración.

Te dejo unas direcciones electrónicas en donde puedes revisar información:

Cáncer de Seno, lo que necesitas saber:

http://www.cancer.gov/espanol/tipos/necesita-saber/seno

Salud de los senos:

http://www.cancer.gov/espanol/tipos/seno

Autoexploración mamaria:

http://www.iqb.es/ginecologia/atlas/mama/examen.htm


Tu vida es muy valiosa para ti y para tu familia, cuídala.




Dr. Carlos P. Baquedano Villegas

cabquedano.com.mx
twitter: @CBaquedano_V 








Cancún, Q. Roo, México. Octubre del 2011.