En muchas ocasiones las personas cuando se enferman de las vías respiratorias, acuden a consulta solicitando un antibiótico.
A partir de que las autoridades de salud en México han restringido la venta de antibióticos sin receta, se ha incrementado la consulta médica de los pacientes que piden este tipo de medicamentos.
Algunas farmacias con servicio médico barato, recetan indiscriminadamente antibióticos por cualquier proceso respiratorio (la mayoría de las veces innecesariamente), sin importarles el daño que a corto y largo plazo causan en los pacientes, sólo con la finalidad de incrementar sus ventas.
¿Por qué digo daño a corto y largo plazo? Más adelante explicaré esto.
Las enfermedades respiratorias son comunes en las épocas frías del año. Existen muchas de este tipo: Faringitis, Rinofaringits, Sinusitis, Rinitis, Bronquitis, Bronquiolitis, Amigdalitis, Laringotraqueitis, Crisis Asmáticas, Influenza, Resfriado Común, Neumonías, entre otras, las cuales pueden ser de origen bacteriano o viral. En algunas ocasiones existen agentes poco comunes que las condicionan como por ejemplo los hongos.
Las infecciones respiratorias virales, como su nombre lo indica, son causadas por virus, los cuales al entrar al organismo dan síntomas como la fiebre, dolor de garganta (odinofagia), cuerpo cortado, flemas, flujo nasal (rinorrea) y tos. Para combatirlas los médicos utilizan sintomáticos, los cuales son medicamentos que sirven para quitar los síntomas que la enfermedad presenta, pero no la curan. La enfermedad se elimina o autolimita por sí sola, por un proceso de historia natural de la patología, el cual tiene un periodo prodrómico (incubación del virus), sintomático y de resolución. Muchas veces los pacientes piensan (y peor aún, algunos médicos dicen) que si el antibiótico no sirve para una infección viral, tampoco perjudica. Esta es una aseveración totalmente falsa porque el usar antibióticos innecesariamente provoca resistencia bacteriana en el ser humano ¿Qué es esto? Simple y sencillamente que cuando el antibiótico en verdad sea necesario ya no surtirá efecto porque las bacterias han creado memoria. Lo mismo sucede cuando se utilizan antibióticos a dosis bajas, inadecuadas, por tiempos cortos o cuando se interrumpe el uso en el tiempo indicado por el profesional de la salud. En esto reside el daño a corto y largo plazo que se propicia al utilizar medicamentos de forma indiscriminada.
Los virus son el agente causal con más alto porcentaje en relación a las bacterias. En los niños menores de 5 años, las infecciones respiratorias son virales en un 80% y en los niños menores de 1 año ocupan un 90%.
Sin embargo, cabe aclarar que una infección inicialmente viral puede sobreinfectarse con bacterias. Esto depende de las condiciones inmunológicas del paciente, edad, trabajo, o de los cuidados que tenga con una enfermedad respiratoria. Las situaciones más riesgosas para las complicaciones son los extremos de la vida (bebés y ancianos), pacientes con enfermedades crónicas, inmunocomprometidos (enfermos de cáncer, sida, diabetes, asma, neumopatías crónicas, parálisis cerebrales, embarazadas, etc.).
Entre la población que tiene un alto riesgo de contagio están los niños que acuden a guarderías, que habitan en viviendas pequeñas con 3 o más personas por cuarto, con mala ventilación o con hábitos dietéticos inadecuados (alimentación baja con productos que aporten vitamina C). Con respecto a las guarderías, se dice en el argot médico que niño de guardería es niño con moco de todos los días. ¿Por qué se enferman si en teoría se toman todas las medidas preventivas? Comentaba en párrafos anteriores el proceso de historia natural de la enfermedad. En la etapa prodrómica los síntomas no son manifiestos a simple vista, por lo que en muchas ocasiones los niños son aceptados estando en el proceso inicial de la enfermedad, pero con un potencial de contagio alto para los demás infantes. También sucede, que por la necesidad que tienen los padres de trabajar y no tener con quién dejar a sus hijos, les dan medicamentos cuando descubren que pueden estar enfermos, con tal de que se los acepten en la guardería, logrando evadir el filtro de la entrada. Cuando en la estancia infantil se dan cuenta que un niño está enfermo, ya es demasiado tarde debido a que ha estornudado varias veces, esparciendo así la enfermedad entre los demás integrantes de su grupo.
Las infecciones respiratorias bacterianas son las menos comunes y al igual que las virales, causan síntomas como la fiebre, dolor, inflamación, escurrimientos, etc. Una persona sin conocimientos fácilmente confunde una infección viral con una bacteriana, por lo que es importante acudir al médico, quien después de una exploración física y un interrogatorio exhaustivo determina la causa de la infección y dependiendo del agente causal indicará el antibiótico más adecuado.
Los pacientes erróneamente piensan que cuando existe fiebre necesariamente deben utilizar un antibiótico, lo cual no es así porque que la fiebre es una respuesta del organismo a un proceso inflamatorio. Es por este motivo que al menor síntoma respiratorio la gente tiene la costumbre de usar antibióticos, tomándolos a dosis inadecuadas o por tiempo corto. Cabe aclarar que el efecto directo de un antibiótico no consiste en quitar la fiebre de forma inmediata. La fiebre desaparece cuando el antibiótico ha hecho efecto combatiendo la infección.
Los antibióticos más utilizados son las penicilinas (de 1ª, 2ª y 3ª generación), las tetraciclinas, los aminoglucósidos y las sulfas. El uso del antibiótico es una situación sumamente delicada, pues existen alergias o efectos adversos que pueden poner en peligro la vida de los que los pacientes. Algunos antibióticos naturales como el propóleo causan los mismos efectos alérgicos en las personas que son alérgicas a la penicilina. El uso indiscriminado de antibióticos del tipo aminoglucósidos (amikacina, gentamicina, garamicina) pueden provocar sorderas.
De la misma forma, el uso de antigripales, antihistamínicos, medicamentos tópicos nasales, analgésicos, antipiréticos (para fiebre), desinflamatorios, entre otros, son de empleo delicado e incluso pueden resultar peligrosos cuando se usan inadecuadamente o de forma indiscriminada. Pongo como ejemplo el hecho de que los medicamentos antihistamínicos o antigripales no se deben administrar a hipertensos, pues estos medicamentos tienden a subir la presión arterial, provocando taquicardias entro otros efectos adversos. Los pacientes que son alérgicos a los antiinflamatorios pueden reaccionar tan gravemente hasta tener un paro cardiorrespiratorio. El paracetamol, analgésico y antipirético de uso común en los niños, puede ocasionar una hepatitis fulminante.
Otra práctica común es resurtir la receta anterior otorgada por un cuadro similar al actual, gran error ya que ninguna enfermedad es igual a la anterior. De hecho cuando el paciente realiza esta práctica tiene un gran riesgo de complicarse.
Como se podrán dar cuenta, las infecciones respiratorias son enfermedades que no se deben tomar a la ligera, por lo que deben ser valoradas por profesionales de salud.
Concluyo este artículo con las siguientes aseveraciones:
• No todas las infecciones respiratorias son causadas por bacterias.
• Los antibióticos no se deben utilizar por autoprescripción y únicamente se deben recetar por médicos.
• El querer ahorrar en salud puede ser más caro para la economía familiar y perjudicial para la salud.
• Los niños y los adultos mayores son los que más riesgo tienen de enfermarse y complicarse.
• Todos los medicamentos tienen indicaciones, dosis y efectos adversos.
Dr. Carlos P. Baquedano Villegas
http://medicasanvicente.sitiosprodigy.mx/
twitter:@CBaquedano_V
Cancún, Q. Roo, México. Diciembre del 2011.
Dr. Carlos P. Baquedano Villegas
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Cancún, Q. Roo, México. Diciembre del 2011.