Cuando
se menciona la palabra adicción, inmediatamente se piensa en cocaína,
marihuana, alcohol o alguna otra droga de moda. Sin embargo, las adicciones no
se refieren únicamente a las drogas permitidas o no permitidas, también existe
adicción a la tecnología, juego, sexo, trabajo, música o cualquier otra circunstancia
que sea capaz de atraer la atención de una persona a tal grado que la
desconecte del mundo que la rodea, que se vuelva indiferente e insensible a la
realidad de su entorno porque simplemente para ella deja de existir o tener
relevancia, sin importarle que disminuya su productividad o deje de cumplir sus
responsabilidades, ya que dicha adicción ocupa todo su tiempo.
Es así
como, sin darte cuenta, las adicciones se van apoderando de ti y tu voluntad, y
aunque algunas parecen inocuas, llegan a afectar de forma significativa tu
vida.
Pero
en esta ocasión, hablemos de la adicción a las drogas, un tema que aunque
parezca muy trillado, vale la pena reflexionar acerca de una situación que está
cada vez más incidente en nuestra sociedad actual, lo cual me lleva a plantear
la siguiente interrogante:
¿Por
qué a pesar de que existe mucha información sobre el uso y abuso de las drogas,
pues es un tema vigente en los ámbitos escolar, institucional, no gubernamental
e incluso en las redes sociales y en el internet, las personas desde muy
temprana edad consumen drogas?
Y es
que ahora se ha vuelto más común conocer o enterarnos que niños y adolescentes,
tristemente son víctimas de las drogas.
Existen
varias condiciones que favorecen su inicio en el uso:
CURIOSIDAD.
El ser humano tiene por naturaleza experimentar para aprender, por lo que
desarrolla una curiosidad innata. En la niñez y adolescencia una característica
propia del desarrollo es cuestionar hasta quedar convencidos de algo. Entonces
cuando en la escuela o en la familia se habla de los efectos negativos de las
drogas, algunos niños o adolescentes, quizá un poco más rebeldes, no lo creen y les gana esa curiosidad por
experimentar si en realidad es cierto todo lo que se dice al respecto.
ACEPTACIÓN
SOCIAL. Los niños mayores (preadolescentes) y adolescentes, andan en una
búsqueda de identidad y aceptación en sus grupos de amigos y compañeros de
escuela. Es por eso que vemos que cambian a diferentes estilos de peinados,
vestimenta, gusto musical e incluso lenguaje. Es en esa búsqueda de aceptación
social y pertenencia a grupos de amigos de igual o mayor edad, que los niños y
adolescentes empiezan a consumir las drogas socialmente permitidas, como son el
alcohol y el tabaco. Y esto, a veces es
con la aprobación de los padres. Sin embargo, cuando existe entre esos grupos
de amigos, integrantes que consumen drogas no permitidas, habitualmente marihuana
y pastillas,, los chicos empiezan a consumir también, ya sea por insistencia,
presión o retos con la finalidad de no ser rechazados y verse entre iguales.
EVASION
DE LA REALIDAD. La descomposición del tejido social, la desintegración de los
núcleos familiares por diferentes causas, como lo son las mismas adicciones, la
violencia intrafamiliar, el desempleo, la separación de los padres, el abuso
sexual, son factores de riesgo predisponentes en el uso de drogas para los hijos.
Esta situación dañina en la familia, en la gran mayoría de los casos resulta difícil de entender y sobrellevar para los
niños y adolescentes, quienes se vuelven víctimas directas o indirectas de las
circunstancias que viven. Es así que cuando se experimentan rebasados
emocionalmente, para no pensar en la vida problemática que llevan
son presa fácil del consumo y adicción a las drogas, por tener un escape
efímero de su realidad y de alguna
manera ya no ser parte de ese ambiente hostil y adverso que deriva de la disfunción
familiar.
PENSAR
QUE NO HACEN DAÑO. El error más común que existe en los niños y adolescentes es pensar que las drogas no hacen daño si se
consumen por poco tiempo o por pequeñas cantidades, o también porque conocen a
personas que las usan y no les pasa nada (aparentemente), de tal manera que
bajo la premisa de que no hacen daño, se inicia en un camino que no tiene
salida o del cual sólo se puede salir muerto. Por ello, algo que no está en
discusión es que las drogas sí hacen daño. En últimas fechas se ha comentado que
el uso de marihuana es inocuo. Sin embargo, la inhalación del humo de este estupefaciente
causa daño a nivel pulmonar, como lo es la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica (EPOC) y por supuesto que también causan daño cerebral por destrucción
neuronal.
Como
sabemos, y lo podemos constatar a nuestro alrededor, en la familia, amigos,
trabajo, las drogas dañan la salud integral de la persona y entre los efectos nocivos que producen, tanto
físicos como psicológicos, se encuentran los siguientes: adicción, abstinencia,
deterioro nervioso, aislamiento, autoestima baja, culpabilidad, enfermedades e
inmunosupresión, deterioro económico, disfunción familiar y muerte.
ADICCIÓN.
Las drogas tienen como característica y consecuencia que son altamente
adictivas. El que las consume puede pensar de forma errónea, sólo esta vez,
cuando quiera la dejo, yo las domino, etc. Sin embargo, esto es completamente falso,
pues el que inicia un camino en el consumo de las drogas tiene un alto grado de dificultad para
abandonarlas.
ABSTINENCIA.
De acuerdo a como se ha visto en películas y documentales, se tiene el
estereotipo de la persona encerrada en un cuarto comiéndose las uñas,
transpirando profusamente, dando vueltas en un cuarto como león enjaulado, como
manifestaciones del síndrome de abstinencia a las drogas. Y estas imágenes no son del todo irreal. Existen niveles de
abstinencia que se pueden presentar desde el inicio de la adicción cuando el
individuo empieza a experimentar la necesidad imperiosa de consumir drogas al
grado de generarle irritabilidad, ansiedad, desesperación, síntomas que
desparecen al momento de consumirla, lo que refuerza el pensamiento negativo de
que la droga es buena para su cuerpo porque le calma, cuando en realidad, toda
esa intranquilidad fue generada por su período de abstinencia.
DETERIORO
NERVIOSO. Esto se presenta cuando el consumidor de drogas experimenta problemas
con las demás personas que interactúan con él, al no saber manejar situaciones
interpersonales que condicionan diferencia o fricción. Presenta dificultad para
tener inteligencia emocional, cayendo en discusiones de forma rápida y
frecuente por temas menores, piensa que no lo valoran, que no le hacen caso,
que todos están en su contra, entre otros pensamientos que lo pueden conducir a
la ansiedad o depresión.
AISLAMIENTO,
AUTOESTIMA BAJA Y CULPABILIDAD. Son actitudes que pueden coexistir y ser
propiciadas por el deterioro nervioso que se describen en párrafo anterior,
aunque también se pueden presentar de forma aislada y cualquiera de ellas
condiciona la aparición de las demás. Es decir, una persona con autoestima baja
puede experimentar culpa por ejemplo de fallarle a su familia y aislarse de su
entorno familiar. El consumo de drogas, al interactuar con los valores y
principios que se reciben en el seno familiar, causa conflictos internos al
individuo y propician que estas actitudes afecten su comportamiento y
relaciones con los demás.
ENFERMEDADES
E INMUNOSUPRESIÓN. Los individuos que usan drogas tienen un factor de riesgo
elevado para padecer enfermedades. De
forma directa causan por ejemplo demencia, paranoia, enfermedades pulmonares,
cáncer, entre otras. De manera indirecta se pueden contraer enfermedades
durante el uso de las drogas por no estar alertas, como al intercambiar
jeringuillas se puede contraer SIDA, hepatitis, enfermedades de transmisión
sexual o sufrir accidentes al no tener una conciencia del peligro durante el
efecto de las mismas. Asimismo, las
personas que consumen drogas tienen el sistema inmunológico deprimido (inmunosupresión)
lo que favorece contagiarse fácilmente
de enfermedades leves o complicadas. Otro factor que favorece la
inmunosupresión son los malos hábitos alimenticios que el adicto presenta.
DETERIORO
ECONÓMICO Y DISFUNCIÓN FAMILIAR. El consumo de drogas inicialmente puede ser
gratuito como una forma de engancharte a ellas. Sin embargo, al paso del tiempo
dicha práctica genera un gran gasto económico que deteriora tu economía, la
cual a su vez también puede estar disminuida por no tener una buena
productividad durante el uso de las mismas. Por consiguiente, una cosa lleva a
la otra, consumir drogas exige dinero para adquirirlas, y a mayor consumo mayor
gasto económico, que si no se tiene la capacidad laboral para generarlo, o los
recursos económicos para costearse, condicionará problemas entre los miembros
de la familia. En síntesis una disfunción familiar que no permite una adecuada
cohesión entre sus miembros.
MUERTE.
Considerada como la etapa final del consumo de drogas, sitio a donde uno puede
llegar al estar inmiscuido en su consumo, por situaciones de tipo delictivo,
disminución en el estado de alerta que propicia el sufrir accidentes o por
deterioro de la salud misma con un desenlace fatal.
En
síntesis, las adicciones pueden tener diversos grados de afección de tipo
personal, familiar, escolar, laboral y social. Son un camino que no nos conduce
a ser mejores y que por el contrario, llevan a perder-perder cuando se transita en su uso. Y
aunque suene trillado: DI NO A LAS DROGAS.
Dr.
Carlos P. Baquedano Villegas
Especialista
en Medicina Familiar
Cancún,
Q. Roo, México. Enero del 2019