La
enuresis nocturna (orinarse en la cama durante el sueño nocturno) es una alteración
que afecta a los niños y que aflige a los padres. Resulta más preocupante
cuanto más edad tiene el paciente, pues ésta situación puede seguir presentándose incluso en la
adolescencia.
Es
común que los padres angustiados, acudan a la consulta solicitando un
medicamento que ayude a su niño a dejarse de orinar, al considerar que por su
edad ya no se debe orinar en la cama mientras duerme. Sin embargo, esta
condición es un proceso normal de maduración y aprendizaje del control de
esfínteres vesicales (músculos circulares que al abrirse y cerrarse controlan
la salida de orina de la vejiga).
Los
niños empiezan a tener control del esfínter vesical (dejan de orinarse)
aproximadamente de los 3 a los 8 años de edad. Aunque esta situación se puede
presentar de forma habitual hasta los 10 años de edad y menos común hasta los
15. Se
presenta aproximadamente en 1 de cada 10
niños de cinco años y disminuye a 2 de cada 100 en adolescentes de 15 años. También
es más frecuente en los varones que en las
niñas.
Por
lo regular, los niños que mojan la cama (enuresis nocturna) a edades de 3 a 15
años, tienen el antecedente de que alguno de los papás cursó con la misma
situación.
El
problema real de la enuresis nocturna es que los niños que la padecen habitualmente
son víctimas de maltrato familiar, regaños constantes, castigos e incluso
violencia física. Esto es derivado de la errónea idea de los padres que piensan
que su hijo es responsable de ello y al reprenderlos lo único que consiguen es
hacer sentir al niño culpable de esta situación, ya que el orinarse por las noches es algo que
ocurre involuntariamente.
En
consecuencia, los castigos, el poner a lavar las sabanas o la ropa, las
reprimendas o regaños son acciones que en vez de ayudar, pueden agravar la
situación al no generar confianza en el niño, afectar su autoestima y condicionar
introversión.
Habitualmente,
los niños que padecen enuresis nocturna se niegan a realizar campamentos,
dormir en casas ajenas y tienden a no socializar con facilidad.
Es
común que la enuresis se presente durante la etapa de sueño MOR (Movimientos
Oculares Rápidos), momento en el cual el niño está completamente dormido, desconectado
de su voluntad, que por lo general es durante la madrugada. Asimismo, la
situación tiende a incrementar en las noches en las cuales desciende la
temperatura ambiental.
Ante
tal circunstancia, a los padres les corresponde habituar al niño a que antes de acostarse a dormir tenga la costumbre
de acudir a baño a orinar. Esto se le debe enseñar de forma sutil, sin
amenazarlo de que si no lo hace va a mojar la cama. En la bibliografía respecto
a este tema, existen contradicciones entre los diferentes autores acerca de
levantar al niño a media noche para orinar. En lo personal, considero que es
una buena práctica que puede ser de gran ayuda durante este proceso.
Así
también, otras medidas favorables que los padres pueden implementar son:
Restringir
la cantidad de líquidos que el menor tome durante y después de la cena, evitar
que el niño consuma bebidas diuréticas como los tés o que contengan cafeína.
Levantarlo
temprano por las mañanas a orinar, como parte de su rutina diaria, aun siendo
fines de semana o días inhábiles.
Motivar al menor en algo que se llama
programación mental positiva, que consiste hablarle todas las noches al oído
cuando se encuentra dormido y decirle con cariño que si tiene deseos de orinar,
que se levante para ir al baño.
Cabe
recalcar que estas medidas deben aplicarse de una manera sutil, cariñosa y discreta, sin evidenciar al niño
ante los demás miembros de la familia y mucho menos hacerlo notorio ante
familiares o amigos para evitar hacer bromas o comentarios negativos al
respecto.
Es
de suma importancia que el menor esté consciente de la situación que atraviesa,
misma que es parte de su proceso personal de desarrollo fisiológico y
maduración que es propio de cada niño. Para
ello, los padres deben platicar con su hijo sobre el tema para hacerle saber
que no es culpable de ello, que es algo transitorio y que juntos van a pasar
esta etapa el tiempo que sea necesario.
De
acuerdo con la edad del niño es beneficioso comprometerlo a colaborar para poner
en práctica las medidas antes citadas y motivarlo a cumplir metas de noches
secas ofreciéndole algún premio, pero enfatizando que si no lo logra, no se
preocupe y que reinicie en el intento de mantener seca la cama.
Algunos
papás en su desesperación al ver que pasan los días o los meses de que el infante continúe orinándose de
noche, deciden ponerle pañales desechables, lo cual no es adecuado pues no
motiva la confianza del menor, e incluso, puede condicionar que no le importe
orinarse al pensar que con el pañal se
ha solucionado el problema de no mojar la cama.
Cierto
que tampoco es una conducta correcta hacer como que no pasa nada, subestimar la
situación, o peor aún, no darle la debida atención. Ni para los padres ni para
el niño debe ser algo que pase desapercibido o que sólo sea motivo de regaños.
Por el contrario, los padres deben estar atentos de cómo evoluciona esta
situación en su hijo para decidir en un momento dado, acudir al médico si nota
algo que le inquiete o sea preocupante, con la finalidad de descartar patologías
o anormalidades de las vías urinarias como causantes de que se orinen de noche.
Algunos
medicamentos como la desmopresina inhalada, son utilizados para evitar la enuresis
nocturna en los niños mayores que van a dormir fuera de casa. Sin embargo, su
uso diario no es recomendable.
Como
mencioné al inicio, éste es un problema fisiológico que desaparece paulatinamente tarde o temprano.
Va a depender de cada niño. No es una enfermedad. Más bien es una condición
pasajera de vida que se aprende a sobrellevar. Un ambiente familiar cálido,
amoroso, comprensivo, favorece que el
niño deje de orinarse en la cama por las noches. Por el contrario, los niños
que son víctimas de violencia intrafamiliar o bullying, son más propensos a
orinarse en la cama.
Tiene
más valor la autoestima de en un niño que colchones o sábanas nuevas.
Dr. Carlos P. Baquedano Villegas
Especialista en Medicina
Familiar
Cancún, Q.Roo, México. Diciembre
del 2017
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