miércoles, 1 de febrero de 2023

QUISTES DE PIEL

En algún momento de nuestras vidas hemos tenido una tumoración o bolita en la piel que nos llega a preocupar y erróneamente tratamos de eliminarlos de diferentes formas, puncionando, pellizcando, exprimiendo, colando sustancias y un sinfín de remedios naturales u ocurrencias que, en lugar de solucionar el problema, sólo lo podrían complicar.

Pero ¿qué son los quistes de piel? Se definen como una cavidad o bolsa cerrada que se encuentra por debajo de la piel y que puede contener aire, líquido, pus, sebo, o algún otro material del cuerpo o incluso externo.

Los quistes pueden ser epidérmicos o infundibulares, tricolémicos, pilares, pilonidales o sebáceos.

Quiste epidérmico o infundibular:

Un quiste epidérmico, epidermoide o infundibular es una lesión redondeada, nodular y firme que se localiza de forma intradérmica o subcutánea. Es el quiste cutáneo más frecuente. Forman abultamientos subcutáneos benignos de tamaño reducido, principalmente en la cara, cuello, espalda y genitales. Por lo general se desarrollan paulatinamente por una acumulación de queratina debajo de la piel, pero no causan dolor, a menos que se infecten, rompan o produzcan molestia por cuestiones estéticas.

Quiste tricolémico:

Es el segundo tipo más frecuente de quiste cutáneo, después del quiste epidérmico, y a diferencia de éste, carece de apertura central de salida. Se trata de nódulos lisos, firmes, redondeados, de entre 0.5 y 5 cm, que están recubiertos de piel normal. El contenido del quiste es queratina muy densa, amarillenta y dura, más sólida que en los quistes infundibulares, y en uno de cada cuatro casos se encuentra calcificada. A menudo, hasta en un 70% de los casos, estas lesiones son múltiples.

Quiste pilar:

Los quistes pilares son bultos circulares, no cancerosos, de color carne que se desarrollan debajo de la superficie de la piel. Este tipo de quiste es causado por la acumulación de proteínas en un folículo piloso. Por lo general, se encuentran en el cuero cabelludo.

Quiste pilonidal:

Es una cavidad anormal en la piel que, generalmente, contiene vello y partículas cutáneas. En la mayoría de los casos, se encuentra cerca del coxis, en la parte superior del surco de los glúteos, habitualmente en donde inicia el pliegue o hendidura interglútea. Los quistes pilonidales suelen aparecer cuando un vello perfora la piel y luego se encarna. Si se infectan, el absceso que se forma, en general, es muy doloroso. El quiste puede drenarse a través de una pequeña incisión o extirparse quirúrgicamente. Los quistes pilonidales son más frecuentes en los varones jóvenes, y es habitual que el problema vuelva a aparecer. Las personas que están sentadas durante períodos prolongados, como los conductores de camiones, corren un mayor riesgo de sufrir un quiste pilonidal.

Quiste sebáceo:

Son quistes de tipo benigno que crecen lentamente y contienen un material sebáceo de origen folicular (el folículo piloso es la estructura situada en la profundidad de la piel desde donde crece el pelo, y contiene glándulas sebáceas). Suelen localizarse en el cuero cabelludo, aunque también son típicos de la espalda, cara, escroto, aunque de forma rara en otras partes del cuerpo. Su tamaño es muy variable, desde pocos milímetros hasta grandes como una pelota. Si se dejan, suelen ir creciendo poco a poco hasta alcanzar tamaños importantes, aunque no todos se comportan así. El diagnóstico es fácil, ya que son pequeñas protuberancias bajo la piel, de movilidad fácil al manipularlos y de consistencia elástica, aunque firme. En ocasiones tienen orificio natural, del que sale un material seboso, blanquecino y muy fétido. No suelen dar problemas salvo que se infecten.

La importancia de estos quistes, es que no sanan solos y hay que drenarlos o extirpar mediante un procedimiento quirúrgico.

En la actualidad, en las redes sociales podemos ver videos en donde se extraen los quistes de forma aparentemente fácil, incluso hechos por personal no médico. Sin embargo, aun cuando las lesiones se extirpan con procedimientos quirúrgicos sencillos, deben ser realizadas por personal capacitado, debido a que se pueden presentar complicaciones como son infecciones mayores o feas cicatrices.

Como ya se ha comentado previamente, la complicación de estos quistes es la infección que se puede agregar de manera espontánea o por la manipulación de la lesión al tratar de exprimirla o drenarla con medios caseros.

Los datos que indican que un quiste de piel puede estar infectado son: enrojecimiento del quiste e incluso perilesional (alrededor del mismo), dolor al presionar y calor al palparlo. Esto es debido a bacterias que atraviesan la piel y comienzan a producir material piógeno (pus) que empieza a coleccionarse por debajo de la piel de forma paulatina, haciendo la lesión más grande, adelgazando la piel hasta un punto que pueden drenarse solos. Más aún, aunque el drenaje espontáneo reducirá el dolor, es necesario acudir a médico para la realización de un curetaje de la lesión y el otorgamiento de antibióticos.

Asimismo, a los quistes infectados no se les debe aplicar anestesia, pues la inyección puede llevar bacterias a sitios más profundos de la piel y complicar el cuadro, es de ahí la importancia que estas lesiones sean atendidas por médicos.

Existen otros tipos de lesiones abultadas en la piel como los lipomas (tumores benignos de grasa), tofos (depósitos de ácido úrico, que se desarrollan en tejido cartilaginoso, tendones y tejidos blandos), tumores cancerígenos o incluso cuerpos extraños como material vegetal (espinos, astillas de madera), plástico o metálico, los cuales el cuerpo encapsula y puede convertir en lesiones duras o que se infectan al momento de penetrar y provocan abscesos.

Las inyecciones son capaces de provocar induraciones o inflamación en el sitio de punción, debido a una mala técnica, asepsia inadecuada, reacción al medicamento o infecciones secundarias por la aplicación.

Por todo lo anterior, es importante acudir a consulta cuando detectemos algún abultamiento en nuestra piel, ya que no se debe minimizar la lesión o acostumbrarse a tenerla. Una valoración médica oportuna conlleva a evitar complicaciones, dolor o cicatrices innecesarias, así como también insisto en la importancia de no manipular las lesiones a fin de evitar complicaciones.

 

Dr. Carlos P. Baquedano Villegas

Especialista en Medicina Familiar

 

Cancún, Q, Roo, México a 01 de Febrero del 2023


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