Desde
el inicio de la pandemia de Covid-19, millones de personas se han enfermado
cursando con síntomas que van desde la gravedad hasta leves o incluso
asintomáticos.
Esta
enfermedad ha demostrado tener un alto índice de complicaciones y patologías
secundarias al término de la misma.
Son
los pacientes que presentan complicaciones posteriores de salud los que acuden
a revisión al término de su aislamiento. Sin embargo, son los menos, pues la
gran mayoría se reintegra a sus actividades diarias sin una valoración
rutinaria de su estado de salud.
Los
profesionales de la salud hemos aprendido de esta enfermedad a marchas
forzadas, en base a la experiencia adquirida con la atención médica que se les
otorga a los pacientes con Covid-19 y los lineamientos que nos otorgan las
instituciones de salud, en ámbito nacional e internacional.
Los
pacientes que han cursado asintomáticos o con síntomas leves, piensan que
pueden retomar de forma inmediata a sus actividades cotidianas, pero la
realidad dista mucho de esa idea errónea.
El
Covid-19 es una enfermedad infecciosa de tipo viral, multisistémica, la cual
puede presentar complicaciones graves durante su evolución y secuelas que incluso
resultan incapacitantes aun cuando el virus ha desaparecido.
Las
personas que se enferman de Covid-19 pueden presentar elevaciones de sus cifras
tensionales y glucemia, mismas que pueden persistir al término de la
enfermedad.
La
elevación en las cifras tensionales condiciona que los pacientes hipertensos
tengan un difícil control de la misma con los medicamentos antihipertensivos
que usaban antes de enfermarse de Covid-19, y siendo que la presión arterial
elevada no da síntomas o son muy subjetivos, la hace peligrosa, pues
literalmente la salud del paciente se vuelve una bomba de tiempo para
complicaciones cardiacas o vasculares sin él saberlo.
Así
mismo, el latido cardiaco puede aumentar provocando episodios de taquicardias o
palpitaciones, dificultad para respirar o falta de aire.
Es
por lo anterior, que se recomienda a los pacientes evitar la realización de
ejercicio extenuante después de un cuadro de enfermedad por Covid-19 ya que los
síntomas referidos pueden incrementarse condicionando situaciones de salud
peligrosas.
Misma
situación se presenta a los pacientes con diabetes, ya que existe una elevación
de la glucosa la cual condiciona hiperglucemia persistente que dificulta el
control. Sin embargo, a diferencia de la elevación de la presión arterial, la
glucosa elevada presenta síntomas que obligan al paciente a consultar. Entre
los síntomas más comunes por hiperglucemia encontramos visión borrosa, mareos o
pérdida fácil de la estabilidad al caminar, incremento del apetito y sed, ir en
muchas ocasiones a orinar en grandes cantidades (poliuria), cansancio o fatigas.
El
dolor de pecho es un síntoma constante y recurrente que el paciente asocia a
inflamación o fibrosis pulmonar. Sin
embargo, esto es erróneo, ya que el dolor en el pecho tiene un componente
neuromuscular. Se caracteriza por un dolor pungitivo (punzante), que oprime el
pecho y el cual puede ser de episodios de corta duración. Este dolor puede
durar días, semanas e incluso meses posteriores a una infección por Covid-19.
Lo anterior aplica para el dolor muscular o cefaleas, que van a tener su
intensidad en base a la tolerancia al dolor que el paciente tenga o de
antecedentes de dolores articulares previos como los que se presentan en la
fibromialgia o artritis reumatoide.
El
cansancio o fatiga, es una situación común en los pacientes que han padecido
Covid-19, sobre todo en los primeros días inmediatos al cuadro. Son pocos los
casos en los cuales esta condición se prolonga, la mayoría de las veces se
resuelve en las primeras semanas de convalecencia. Algo parecido ocurre con los
problemas de memoria, falta de concentración o dificultad para conciliar el
sueño. Estos son transitorios y de corta duración.
La
infección causada por la variante Omicron, se caracteriza por dar síntomas
respiratorios altos, los cuales varían de leves a moderados, con una duración
aproximada de 3 a 5 días. Afortunadamente los casos de complicaciones en vías respiratorias
bajas tienen un índice menor a los casos producidos por otras variantes en esta
pandemia. Aunque se ha observado un alto número de pacientes a los cuales les
queda una tos y carraspeo persistente, que resulta bastante molesto.
Esta
enfermedad se llama Rinitis Catarral y es una condición PostCovid-19. Se
produce porque existe inflamación de la mucosa respiratoria con una producción
excesiva de moco, el cual se produce en la vía respiratoria alta y desciende
hacia la faringe, provocando sensación de cuerpo extraño y en consecuencia
produce el estímulo de la tos, que es más común en las noches o en los momentos
en los que el paciente se encuentra acostado (decúbito supino) y se le acumula la
flema. El carraspeo que se realiza al deslizarse la flema por la faringe genera
a su vez inflamación de la misma y dolor matutino de la garganta (odinofagia).
Es
importante recalcar que, en la Rinitis Catarral, los pulmones están
completamente limpios y bien ventilados, por lo que no existe afectación de los
mismos.
Esta
condición de salud, de no atenderse, tiende a una molesta cronicidad que es muy
difícil que se resuelva de forma espontánea. No recomiendo automedicarse y
mucho menos utilizar antibióticos, los cuales son la mayoría de las veces
innecesarios.
Dr.
Carlos P. Baquedano Villegas
Especialista
en Medicina Familiar
Cancún, Q, Roo, México a 01 de
febrero del 2022
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