miércoles, 1 de diciembre de 2021

OMICRON

Ante la nueva variante del Covid-19 conocida como OMICRON, nombre tomado del alfabeto griego y que corresponde a la letra O, todos los países del mundo prenden focos de alarma ante la posible llegada de la cuarta ola de infección.

Con preocupación he escuchado el discurso de algunas autoridades quienes minimizan esta situación. Parece un déjà vu de lo sucedido a finales del 2019 y principios del 2020, subestimando las medidas que en este momento están tomando otros países en donde ya se han presentado casos.

Es poco lo que se sabe hasta ahora de esta variación del virus, pero lo que ya debimos haber aprendido es que la prevención y el autocuidado son las principales herramientas contra esta enfermedad.

En estos momentos, es común ver reuniones, mítines, manifestaciones, eventos deportivos, eventos artísticos y otro tipo de actividades con gran afluencia de participantes, algunos con uso de cubrebocas y la gran mayoría con un uso inadecuado del mismo. De igual manera, es frecuente llegar a tiendas y comercios en donde se encuentran un frasco semivacío de gel en la entrada, un termómetro desconectado, tapetes sanitizantes secos y usuarios que entran a estos lugares haciendo caso omiso a dichas medidas de prevención en mal estado, sin importarles el riesgo al contagio.

Pronto se nos ha olvidado que hasta hace unos pocos meses estábamos en plena tercera ola del repunte de la pandemia, con una gran cantidad de contagios y un elevado número de fallecimientos.

Todos en algún momento hemos vivido o conocemos de la pérdida de un ser querido en las familias y tal parece que hasta eso hemos olvidado.

En cuanto a la prevención masiva, las campañas de vacunación han sido lentas y lo peor aún, es que la gente no participó copiosamente, sino por el contrario, hubo resistencia a la aplicación de la vacuna al dejarse llevar por voces malinformadas acerca de los componentes de las vacunas que generaron temor y dudas en la población. Tal como se observó en nuestra ciudad cuando se anunció que se aplicaría la vacuna Pfizer a los rezagados y personas en el rango de edad correspondiente, se hicieron filas kilométricas por la respuesta interesada que se suscitó; mientras tanto, para la aplicación de otras vacunas la gente acudió en menor cantidad, menospreciando otras marcas bajo el argumento de que una es mejor que la otra, aseveración totalmente errónea, pues hasta el momento ninguna ha demostrado 100 por ciento de efectividad, pero tampoco han demostrado ser menos eficaces.

Y lo más grave del caso en estos procesos de vacunación, es que antes de entrar a los lugares en donde se aplican las vacunas, mismos que se caracterizan por tener todas las medidas de seguridad conocidas, las personas se encuentran sin tener sana distancia, sin lavado de manos y con un uso del inadecuado del cubrebocas.

Como podemos apreciar, estamos cayendo en el error de pensar que esta pandemia ha terminado, que por el hecho de tener una semaforización que permite mayor aforo en los centros de reunión, el regreso a clases y la apertura de actividades no esenciales, es factible andar libremente por la calle olvidándonos de practicar las medidas preventivas observadas durante lo álgido de la pandemia.

Lo cierto es que esto aún no termina. Y desafortunadamente, todavía es lejano el día en que pueda terminar. Por tal motivo no debemos bajar la guardia pensando que no pasa nada y que todo es permitido.

Basta ver las estadísticas para saber que aún hay países con alto número de contagios y, en consecuencia, muertes en diversas partes del mundo, sin tener en cuenta los subregistros de los casos atendidos particularmente, que no dan una realidad de lo que sucede en el día a día.

Es posible afirmar que, efectivamente, el número de contagios ha disminuido, más no ha desparecido, se siguen presentando casos de covid-19, por lo que debemos estar atentos.

Dadas las condiciones actuales en el desarrollo de la pandemia, en estos momentos  somos más los que nos encontramos en las calles retomando el dinamismo de la vida social, por lo que debemos incrementar las medidas de higiene personal y hacer hábitos que formen parte de nuestro estilo de vida el usar constante y correctamente el cubrebocas,  tener los tapetes para la sanitización de los zapatos antes de entrar a casa o algún recinto, el lavado frecuente de manos con agua y jabón o  usar gel con alcohol. Es así como estas prácticas preventivas deben estar presentes en nuestra rutina cotidiana.

Algo que vale la pena recalcar es que no debemos pensar que porque ya estoy vacunado o ya he tenido la enfermedad estoy libre de contagio y puedo conducirme sin temor por la calle. Grave error.

La pandemia está vigente y en un estado de amenaza latente de una cuarta ola de abundantes contagios por la variante OMICRON. Por tal motivo, ahora que se acercan las fiestas de fin de año actuemos a conciencia y con responsabilidad por uno mismo y por los demás, tengamos precaución en las reuniones que se organicen, tratando que el número de participantes sea reducido, prefiriendo los lugares abiertos para realizarlas, no acudir si se tienen enfermedades respiratorias aunque aparente ser un simple resfriado, y por supuesto, con una observación respetuosa de las medidas preventivas para evitar el contagio del Covid-19.

Una vida saludable es otra estrategia adecuada que apoya las medidas preventivas. Evitar el consumo de tabaco y estupefacientes, disminuir o evitar la ingesta de alcohol, incremento en el consumo de frutas y verduras, disminuir o evitar el consumo de refrescos y jugos embotellados y preferir lo natural y fresco, realizar ejercicio, bajar de peso, mantener controladas nuestras enfermedades crónico degenerativas como son la presión arterial alta y la diabetes, con un apego estricto al tratamiento médico, son puntos importantes que ayudan a la prevención de infección o disminuyen la complicación del Covid-19.

Así mismo, se debe evitar la automedicación en enfermedades respiratorias o febriles por muy leves que parezcan, pues puede tratarse de Covid-19, poniendo en riesgo nuestra salud y la salud de los que nos rodean.

Debemos recordar en todo lo vivido, lo que se ha sufrido, para no cometer los mismos errores. No debemos bajar la guardia, pensando que esto ya pronto termina o que no pasa nada.

El Covid-19 sigue vivo, sigue atacándonos, no ha desparecido. Aún hay enfermos y gente muriendo.

En síntesis, es obligación de todos y de cada uno, cuidarnos. Y el mejor medio para lograrlo es prevenir, asumiendo el compromiso de preservar nuestra salud y salvaguardarla como el valioso tesoro que es. Esto aún no termina.


Dr. Carlos P. Baquedano Villegas

Especialista en Medicina Familiar

 

Cancún, Quintana Roo, México a 01 de Diciembre del 2021

 

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