Comer sano es la base para
tener un excelente estado de salud, por tal motivo, la Secretaría de Salud
desde hace algún tiempo se ha encargado de poner etiquetas a los alimentos que
tienen excesos de calorías, grasas y sal a fin de alertar a los consumidores
del riesgo que existe en el consumo de estos productos, pero ¿en realidad los
consumidores tienen conciencia de esto?
Definitivo es que aún falta
mucha información e inversión en educación de la salud, pues si no existe el
conocimiento, los consumidores de los productos no podrán entender a la
perfección la utilidad de estos sellos.
Así mismo, la creencia de que
los productos light es lo mejor para la salud en un concepto no del todo
verdadero que condiciona que existan errores en los hábitos alimenticios.
En la obesidad y enfermedades
crónico degenerativas, la alimentación es la base piramidal en el control de
las mismas, de manera tal que el desconocimiento en materia de alimentación, es
un arma en contra en la atención de estas patologías.
Les explico.
En la actualidad, los pacientes
diabéticos piensan que pueden consumir bebidas embotelladas libres de azúcar de
forma indiscriminada, pues al ser libres o bajas en azúcar, no contienen
calorías que eleven sus niveles de glucosa. Y en cierta forma, esto es
correcto, sin embargo, no se tiene en cuenta que, durante el avance de la diabetes,
ésta condiciona que se afecten otros órganos del cuerpo, tal como sucede a los
riñones, los cuales al paso del tiempo comienzan a sufrir un deterioro en su
función, disminuyendo la capacidad que tienen para filtrar de la sangre aquellas
toxinas que hacen daño, surgiendo así un padecimiento secundario a la diabetes,
que en su inicio se llama Nefropatía Diabética, pero que al ir avanzado
gradualmente se convierte en Insuficiencia Renal Crónica, condición de salud
que se caracteriza por la pérdida de la capacidad de filtración de los riñones.
Esta enfermedad causada
inicialmente por la Diabetes, es favorecida en su complicación y avance gradual
por el consumo de sodio en exceso (el sodio es el componente principal de la
sal), de manera tal, que el consumo de refrescos sin azúcar favorece esta patología
debido a que las bebidas dulces libres de azúcar, amargas (como la cerveza) y
sin sabor (como el agua mineral) tienen un alto contenido de sodio, por lo que
causan más daño en la salud de lo que se puede creer.
Mención aparte merecen las
bebidas alcohólicas, las cuales contienen azúcares y sodio como parte de sus
componentes, por lo que consumidas en grandes cantidades, son causantes de
descontroles metabólicos en los pacientes diabéticos e hipertensos. Y dependiendo
de la zona geográfica, la mayoría de estas bebidas van acompañadas de una botana,
tapa, pasapalo, pasaboca, picada, picadera, picoteo, picadillo, piqueo,
boquita, bocadito, pincho, enjuto, aperitivo, aperital, antojito, copetín,
canapé o piscolabis que por lo general tienen un alto contenido calórico,
grasas insaturadas y sodio.
Y si en las personas que
padecen diabetes el consumo de refrescos sin azúcar es dañino para la salud
renal, peor aun lo es cuando se padece Hipertensión Arterial Sistémica, ya que
en esta enfermedad se debe evitar o disminuir el consumo de sal como parte del
tratamiento farmacológico.
La sal, no sólo la encontramos
en el salero o los refrescos embotellados, sino también en alimentos como los
quesos amarillos, los embutidos (chorizo, longaniza, salchichas, pepperoni,
jamones cocidos, carne y pastel de carne enlatada, por mencionar algunos),
mismos que tienen un alto porcentaje de sodio, componente principal de la sal. Aunado
a ello, dichos alimentos tienen un gran contenido en grasa de origen animal,
por lo que al consumirlos se incrementa el riesgo de complicaciones en las
enfermedades ya citadas.
Vayamos a otro ejemplo más
sano. La leche light, se llama así porque es baja en grasas de origen animal, pero,
aunque en menor proporción (dependiendo de la marca) contiene calorías, de
manera tal que su consumo en exceso, provoca aumento de peso y, en consecuencia,
descontrol en la enfermedades crónico degenerativas.
Para comer sano es necesario
tener conocimiento sobre los alimentos y sus aportes calóricos, pues incluso se
puede ser vegetariano o vegano y tener sobrepeso u obesidad.
Pongo como ejemplo lo
siguiente ¿Qué comen las vacas? ¿Has visto a una vaca comer hamburguesas,
pizza, alimentos fritos u otro tipo de comida chatarra? Por lo regular las
vacas solo comen pasto, heno, zacate, hierba. Entonces, si sólo comen lo
anterior ¿Por qué están gordas? La respuesta es porque se la pasan comiendo
todo el tiempo grandes cantidades de estos alimentos, lo cual nos indica que el
alimento puede ser sano, pero si no se come en cantidades correctas, con los
requerimientos calóricos necesarios, se pude caer en sobrepeso u obesidad.
Las personas, en su afán de
lograr reducir de peso, acuden a medidas nutricionales alternativas como los
productos milagro que ofrecen bajar de peso, mismos que son verdaderas quimeras
que cuestan más de lo que resultan. Pero independientemente de que funcionen o
no, lo más delicado es el daño que provocan al cuerpo, específicamente al
hígado. Estudios científicos han demostrado que estos suplementos alimenticios
tienen más riesgos que beneficios. Marcas comerciales como el Omnilife, Herbalife,
Amway o Immunocal, productos naturales como el noni, moringa, cimifuga
rasemosa, nim, efedra sínica (Ma Huang), camelia sinensi (Té verde), kava,
palma enana americana (hipertrofia prostática), escutelaria, sen, han sido
motivo de investigaciones que han comprobado el daño que producen al hígado.
Para prueba, basta poner en un buscador de internet la palabra HEPATOTOXICIDAD
y el nombre de algunos de estos productos y podrán tener acceso a muchos
estudios y artículos científicos que avalan lo que aquí se informa.
En conclusión, en la población
en general existe una gran necesidad de una correcta alimentación, ya sea para mantener
un estilo de vida saludable, o bien, para evitar la complicación de alguna
enfermedad crónico degenerativa, por lo que recomiendo visitar a un profesional
en materia de salud o nutrición a fin de recibir información precisa y
apropiada a su condición de salud.
Cabe destacar que se debe
comer para vivir y no vivir para comer, pero es necesario comer bien para vivir
mucho.
Dr.
Carlos P. Baquedano Villegas
Especialista
en Medicina Familiar
Cancún,
Quintana Roo, México a 01 de agosto del 2023
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