LOS PELIGROS DE COMER EN LA CALLE
Debido a los problemas que han surgido en la economía del país, se han incrementado los puestos de comida provisionales y los bien establecidos. Y es que la mayoría de estos puestos, no reúnen las condiciones mínimas de higiene, funcionando incluso sin licencias sanitarias.
Son múltiples las enfermedades que se pueden adquirir por la ingesta de alimentos contaminados: Desde una simple gastroenteritis viral hasta una gastroenteritis por salmonella con perforación intestinal, pasando por todas las bacterias y parásitos más comunes.
Y es que el principal factor contaminante es la falta de higiene. En muchas ocasiones, los expendios de comida cuentan con personal improvisado, sin los conocimientos mínimos de cuidado a los alimentos, con problemas higiénicos desde la elaboración hasta el servicio de los mismos; sin una adecuada disposición de excretas (drenaje especial), lavabo para el básico lavado de manos, e incluso con escaso personal que condiciona que el mismo personal haga muchas funciones: El que cocina, lava los platos, limpia el área de cocina, sirve los alimentos, recoge la mesa, acomoda la basura y cobra. En muchas ocasiones el expendedor de la comida se coloca una bolsa de plástico para cobrar, como una medida de higiene, situación que no libera al expendedor de alimentos de contaminar los alimentos que sirve.
De igual forma existen problemas de cultura. En un estadio de fútbol se consumen toda clase de alimentos y bebidas que se expiden de forma ambulante, los cuales el comensal ingiere sin previamente lavarse las manos, después de haber sacado el dinero para pagar y el expedidor de comida cobrar a mano limpia, y por supuesto que ya previamente había cobrado a otros comensales. Otro ejemplo, las golosinas. La mayoría de los niños tiene la costumbre de comerse alimentos chatarra y frituras los cuales vienen en bolsas empaquetadas de fábrica al alto vacío con todas las medidas de higiene vigentes, pero ¿quién acostumbra lavarse las manos antes de comerse una papás fritas? O mejor aún ¿quién acostumbra limpiar la bolsa del producto? Efectivamente el producto se encuentra higiénico por dentro, pero al abrir la bolsa y meter la mano se contamina, y aunque previamente el consumidor se haya lavado las manos, al manipular la bolsa que estuvo expuesta a la intemperie y con múltiples patógenos en su exterior, las manos se convierten en el vehículo adecuado para la contaminación de los alimentos.
No cabe duda que nuestra idiosincrasia nos lleva a comer de forma continua en las calles, y otras tantas veces se hace por necesidad. Y si pensamos que por el hecho de comer en un restaurante de lujo tenemos menor posibilidad de enfermarnos, cometemos un grave error. Imaginemos: Al llegar a un restaurante de lujo, vemos un lugar pulcro, con las condiciones de higiene al 100%, pero ¿qué sucede al cerrar las puertas el establecimiento? Un ejército de cucarachas hace su triunfal entrada, comiéndose todas las migajas que sobran, al igual que otro tipo de fauna nociva como lo son las ratas y ratones. Aunque se implementen todos los mecanismos necesarios para abatir estas plagas, estos siempre se las ingenian para llegar a los alimentos y utensilios de cocina. Y qué decir de aquellos comerciantes deshonestos que con tal de reducir costos, compran materia prima para sus alimentos de la más mínima calidad, que utilizan productos caducos o reutilizan la materia prima del día anterior, condicionando con esto, lo necesario para provocar una enfermedad en los comensales. Ningún lugar está exento de que sus alimentos se contaminen, pero siempre existe mayor riesgo en los lugares que no cumplen con las disposiciones sanitarias vigentes.
El lavado de manos se ha vuelto la principal arma para la prevención de la influenza, pero también es la principal herramienta para la prevención de enfermedades gastrointestinales. Y es que el lavado de manos ha pasado al olvido:
-No se lavan las manos antes de comer cualquier alimento
-La técnica del lavado de manos es inadecuada, no utilizando en muchas ocasiones jabón, pasando a ser solamente un enjuague que no libera de bacterias.
-El lavado de manos después de acudir al baño es otro punto que comúnmente se omite.
De igual forma, las ensaladas o alimentos que se comen casi crudos, cuando no pasan por el tratamiento necesario para estar desinfectados, pueden ser un vehículo para la adquisición de enfermedades gastrointestinales.
En síntesis, todos estamos expuestos a padecer en cualquier momento una infección gastrointestinal, sin embargo, debemos reducir ese riesgo comiendo en lugares con las mejores condiciones de higiene posibles, lavándonos las manos de forma frecuente, antes de comer y después de ir al baños, con agua y jabón y con la técnica adecuada.
Antes de iniciar el lavado de manos, se deben retirar de manos y muñecas, todos los artículos de joyería.
1. Abrir la llave y humedecer las manos
2. Aplicar una solución antiséptica (jabón)
3. Friccionar dorso y palma de la mano
4. Friccionar los espacios interdigitales incluyendo dedo pulgar
5. Friccionar uñas
6. Friccionar las muñecas
7. Enjuagar con agua suficiente
8. Secar las manos con toalla desechable de papel
9. Cerrar la llave del agua con la toalla desechable
Recuerda, tu salud está en tus manos.
hace un tiempo, que no tenia mucho que hacer me meti en un bano publico de mucho trafico, y note que 2 de cada 10 personas, hombres, despues de orinar no se lavan las manos! y salen del bano.
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