Desde el inicio de la humanidad, el hombre a tenido la necesidad de creer
en una fuerza superior que le ayude en su transitar por este mundo, que lo
proteja de adversidades y asista en todo momento.
Es por tal motivo, que el ser humano es una combinación biopsicosocial y
espiritual perfecta. Biológica por la naturaleza de su cuerpo, psicológica por
su capacidad de raciocinio, social puesto que no puede vivir aislado y
espiritual por su necesidad de creer en algo.
Estas cuatro esferas (Biológica-Psicológica-Social-Espiritual)
interaccionan de forma perfecta, dando al individuo la capacidad de poder vivir
tranquilo y de forma estable. Por el contrario, cuando existe alteración en
alguna de estas esferas, se presenta un desequilibrio que acaba afectando a las
otras y en consecuencia al individuo.
Esto ha sucedido a muchas personas a lo largo de estos últimos meses. Ha
terminado un año que cursó con muchas pérdidas en todos los aspectos. De seres
queridos, trabajo, economía, estabilidad familiar, tranquilidad social.
La epidemia del Covid-19, la inestabilidad económica, la delincuencia, la
migración de indocumentados y otras muchas causas fueron detonantes para que las
personas sufrieran inestabilidad en sus vidas, que cayeran en estados de
ansiedad y depresión.
También en muchos, afloró la resiliencia, que es la capacidad que tiene una
persona para superar circunstancias traumáticas o adversas, pero otros no han
podido superar esta situación. Es en ellos en donde se encuentra afectada la
esfera espiritual.
Durante el desarrollo de mi consulta, he tenido la oportunidad de escuchar
el drama que cada individuo vive de forma personal y familiar, los problemas
que se suscitan a través de situaciones de vida inesperadas y como afecta esto
su funcionalidad personal y familiar. Esta situación la conocemos en la
especialidad de Medicina Familiar como crisis paranormativas.
Después de escuchar a los pacientes, valorar su estado biológico,
identificar la necesidad de atender su estado psicológico, detectar o definir
redes de apoyo familiares o sociales, les comento que deben trabajar su esfera
espiritual. Acercarse a sus creencias, retomar su doctrina y abrazarse en su
fe.
Después de más de 26 años ejerciendo medicina, he visto situaciones
sorprendentes, fuera de toda lógica y raciocinio, que contradicen lo aprendido
en los libros estudiados, pero que van de la mano con la creencia espiritual
del individuo. Es lo que las personas llaman milagros.
Y no se trata de ver desaparecer mágicamente lesiones o enfermedades cual
acto circense, sino de la capacidad que tiene el individuo de recuperarse de
situaciones patológicas que cursan con una historia natural diferente a la
esperada por los profesionales de la salud.
Es bien sabido que la fe mueve montañas y es algo que podemos comprobar en
el día a día.
El apego a la esfera espiritual, es algo que debe servir al individuo para
sobrellevar la falla de las otras 3 esferas (Biológica-Psicológica-Social). Es
un gran apoyo en los esquemas terapéuticos, que permiten conseguir mejores
resultados.
Tampoco se debe caer en el extremo de pensar que únicamente la creencia es
suficiente para estar sano y no es necesario acudir al médico. Esto es un
error, porque hasta en la misma biblia dice en Sirácides (Eclesiastés) 28 dice:
“Tenle al médico toda la estima que se merece, debido a sus servicios
porque así lo quiso el Señor” y en este capítulo se detalla como los médicos
deben atender a los creyentes incluso aun después de haber rogado en plegaria
por su salud.
Es por tal motivo, que me
entristezco al escuchar a las personas que se niegan a vacunarse contra el
Covid-19, bajo el argumento de que no es necesario, ya que su fe los protegerá
y salvara, dándome cuenta de que es una incongruencia entre lo que creen y
practican, pues contradice, por ejemplo, a lo mencionado en la cita bíblica
previa.
En mi ejercicio profesional, la
esfera espiritual tiene tanta importancia como las 3 ya mencionadas, incluso,
aplicables a mi persona, ya que un ciego no puede conducir a otro ciego, y digo
esto porque los médicos también sufrimos los duelos de nuestros pacientes, nos
afectan las pérdidas de las personas que atendemos y al estar involucrados en
sus sistemas familiares, nos volvemos participes de sus crisis paranormartivas,
sin olvidar que también somos seres humanos que tenemos pérdidas.
Es por tal motivo, que los
profesionales de la salud, deben tener esta esfera espiritual bien afianzada,
con la finalidad de poder otorgar un servicio con humanismo, gran empatía y
ética en toda su plenitud.
De ninguna manera se trata de
obligar a los pacientes y a las personas en general para que forzosamente crean
en algo o en alguien, si no de buscar un equilibrio que permita sobrellevar las
diferentes situaciones que se nos presenten a lo largo de nuestra vida.
Entiendo que es raro que un
médico hable de este aspecto, sin embargo, en base a mi experiencia personal y
al estilo de vida que llevo, es que estoy plenamente convencido que mantener la
salud espiritual intacta, es tan importante como el de las esferas biológicas,
psicológicas y sociales.
La salud física y mental, es uno
de los regalos más maravillosos que tenemos los seres humanos, pero también es
altamente vulnerable y susceptible de cambios inesperados a situaciones
adversas como las que actualmente vivimos.
Por tal motivo, como decía
Juvenal: Mens sana in corpore sano (mente sana en cuero sano) es una frase que
sigue vigente a pesar de los siglos, misma que se puede conseguir con la
perfecta interacción de las 4 esferas mencionadas.
Termino citando a la Lic. Suhail
Velázquez Cortes, de la Universidad Autónoma de Hidalgo: Lograr un estado de
bienestar, armonía y equilibrio en estas áreas nos dará la habilidad para
funcionar de manera óptima como ser humano y tener la energía y vitalidad para
ser altamente productivos y exitosos en cualquier área de nuestra vida.
Procuremos nuestra salud espiritual en este nuevo año, el cual estará seguramente lleno de retos y crisis paranormativas.
Dr. Carlos P. Baquedano Villegas
Especialista en Medicina Familiar
Cancún, Q, Roo, México a 01 de Enero del 2022
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