Es muy común escuchar a las mamás decir que cuando alguien de la familia se ha enfermado de varicela, inmediatamente llevan a los niños más pequeños a que se contagien de la enfermedad, para pasar el trago amargo de una vez. Y es que se considera a la varicela como una enfermedad benigna propia de la infancia; sin embargo, ni es tan benigna y tampoco es exclusiva de la infancia.
En días pasados, en la consulta de la institución pública de salud en donde presto mis servicios, me llegó a la consulta una niña con varicela de 5 días de evolución, con una cantidad impresionante de lesiones de predominio en cara, por lo que al interrogar a la mamá del porque no había acudido desde el inicio del cuadro, está me responde por que desconocía las características de la enfermedad. Por tal motivo, considero de suma importancia el conocer esta patología, para identificarla de forma oportuna y con ello, ofrecer un buen tratamiento para obtener un mejor pronóstico en el desarrollo de este mal.
¿Qué es la varicela?
Tiene múltiples sinónimos, dependiendo de la región geográfica: Viruela de la virgen, viruela negra, manto estrellado, viruela loca, chikenpox, peste cristal, lechina, popocha, chinas, etc.
Se trata de una enfermedad, viral, exantemática, que se puede presentar en cualquier parte del mundo, muy contagiosa, frecuente en los niños pero que puede aparecer a cualquier edad.
Inicialmente, la enfermedad se caracteriza por dar como síntomas cansancio, dolores de cuerpo y articulaciones, febrícula, anorexia, dolores de cabeza y/o vómitos. Estos síntomas iniciales tienen una duración de horas a 3 días. Posterior a este período empiezan a salir lesiones en la piel en forma de manchas rojas llamadas máculas, convirtiéndose posteriormente en pápulas que en 24 horas aproximadamente se convierten en vesículas. Estás lesiones por lo general inician en la cabeza, cuello y tronco y se diseminan rápidamente hacia el resto del cuerpo. Después de un tiempo aproximado de 2 a 4 días se convierten en lesiones con costra y ya en esta etapa se desprenden del cuerpo en un período de 4 a 6 días sin dejar cicatriz (a menos que se desprendan antes de tiempo). En algunas personas, las lesiones dejan cicatrices de coloración rojiza u obscura que con el transcurso del tiempo desparecen. La duración de la enfermedad es de 2 a 4 semanas aproximadamente.
Es una enfermedad que genera inmunidad, lo que quiere decir que ya que la padeces no repite. Por lo general, cuando la enfermedad llega a un hogar contagia a todos los miembros de la familiar que no la han padecido. Después de la aparición de los primeros síntomas, se espera que los demás miembros de la familia contagiada presenten los síntomas de 1 a 3 semanas aproximadamente.
Existe un tipo de varicela de tipo hemorrágica, que es altamente mortal, así también, la varicela se puede complicar con encefalitis, meningitis, neumonías y sobreinfecciones bacterianas de la piel.
En muchas ocasiones, sobre todo en las zonas rurales, los enfermos no son llevados al médico, y únicamente lo hacen si el paciente se empieza a complicar. Desafortunadamente cuando esto sucede es más difícil de tratar. Cuando el paciente se lleva al médico en etapas iniciales, se les recetan antivirales capaces de disminuir los síntomas y el tiempo de evolución de la enfermedad, así como otros medicamentos para aliviar los malestares.
Otra de las costumbres que se tiene es que el enfermo no se bañe, lo que favorece las complicaciones por sobreinfección bacteriana de la piel; es por este motivo que es muy importante que el paciente se bañe todos los días, con agua templada y evitando corrientes de aire.
Es de vital importancia conocer esta enfermedad y sus complicaciones, pues se tiene la falsa creencia de que es un padecimiento que se debe curar por sí mismo sin el uso de medicamentos, por lo que no se necesita visitar al médico.
Por el contrario, es necesario acudir de forma oportuna al médico, pues no se debe minimizar el riesgo de esta enfermedad y sus posibles complicaciones.
La varicela es una enfermedad común, que sin los cuidados y tratamientos apropiados puede causar la muerte.
En síntesis, la varicela es una enfermedad por la que se debe acudir al médico ante los primero síntomas. Es indispensable evitar automedicarse. Algunos medicamentos como el ácido acetil-salicílico (ejemplo: Aspirina®) pueden complicar los síntomas de la enfermedad, al igual que prácticas empíricas inadecuadas como el no bañarse o aplicarse cataplasmas.
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