¿Recuerdas alguna ocasión en la
cual hayas dormido más de lo habitual y al momento de despertar te experimentes
aun cansado?
El cansancio posterior al descanso
es una condición de salud a la cual las personas no le dan la debida importancia.
Pero antes de hablar del cansancio,
es necesario conocer las fases del sueño, las cuales se dividen en NREM (No rapid eye movement) y REM (rapid eye movement). La NREM se divide a su vez en 4 subfases: (FASE 1) INICIACIÓN
DEL SUEÑO, (FASE 2) COMIENZO DEL SUEÑO, (FASE 3 y 4) SUEÑO DE ONDA LENTA EL
CUAL ES REPARADOR Y PROFUNDO. El sueño ocurre en ciclos de aproximadamente 90
minutos, alternándose entre sueño NREM y REM, normalmente en ese orden y
generalmente cuatro o cinco ciclos por noche.
Es necesario pasar
por todas las fases para lograr el descanso, por lo que se necesitan cuando
menos 6 horas de sueño para completar los 4 ciclos. Cuando este lapso de tiempo
se ve interrumpido, es difícil alcanzar
estas fases, de tal manera que aunque durmieras 12 horas, no lograrías el
descanso total y despertarías aun con cansancio.
Son muchas las
causan que pueden originar la interrupción de las etapas de sueño: problemas
respiratorios, situaciones ambientales, enfermedades digestivas, consumo de sustancias
o drogas, alteración del ciclo circadiano, entre otras.
Es muy común que
los padres acudan a consulta pidiendo vitaminas porque a sus hijos les cuesta
mucho trabajo levantarse por las mañanas, lo que a su vez condiciona retardos o
ausencias escolares.
Como profesionales
de la salud, entre los puntos que interrogamos son ¿Cuántas horas duerme el
niño? ¿Cómo se comporta durante el sueño? ¿Tose de noche? ¿Se orina en la cama?
¿Tiene pesadillas? ¿Duerme con la boca abierta? ¿Ronca? ¿Es inquieto (da vueltas
o se mueve mucho) a la hora de dormir?
Todas estas
preguntas van encaminadas a determinar si existe alguna enfermedad que
condicione que el infante no complete sus fases de sueño.
Entre las causas
más comunes se encuentran la Rinitis Alérgica y el Asma, que se caracterizan
por la clásica tos nocturna que se presenta al poco tiempo de dormirse, con obstrucción
de la vía respiratoria superior motivo por el cual duerme con la boca abierta e
incluso ronca. Al no respirar adecuadamente, el niño constantemente se está
moviendo en la cama y en consecuencia interrumpe las fases del sueño por lo que
no logra el descanso.
Algo similar
sucede en los adultos que tienen obesidad mórbida y padecen el SÍNDROME DE
APNEA OBSTRUCTIVA DEL SUEÑO (SAOS), patología en la cual el individuo ronca de
manera estridente y tiene episodios en los cuales literalmente deja de
respirar, lo que condiciona que despierte de forma brusca para establecer la
respiración. Está descrito en la literatura que el SAOS puede ser tan grave que
incluso condiciona muerte súbita.
Las personas que
padecen EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), Asma, Rinitis Perenne,
Rinofaringitis o Faringitis Aguda, Hipertrofia de Cornetes, Hipertrofia
Amigdalina, Hipertrofia de Adenoides y otras enfermedades respiratorias
similares, cursan con características similares a las anteriormente descritas.
Entre las situaciones ambientales
que intervienen para no poder conciliar un sueño que permita el descanso,
podemos encontrar: cuartos con poco hermetismo que permitan el paso de ruido
del exterior, la presencia de mascotas (perros y aves), colchones en mal
estado, aparatos de aire acondicionado o ventiladores ruidosos, el mantener
aparatos electrónicos encendidos durante las horas de sueño como el televisor,
computadoras, tabletas o smartphones. Con respecto a estos últimos, expertos en
la materia han demostrado que cada vez que el teléfono recibe una notificación,
aunque esté en modo silencio, la luminosidad de la pantalla condiciona un
estímulo al cerebro el cual reacciona inmediatamente. Por tal motivo es
recomendable apagar estos aparatos cuando se disponga a dormir. De igual forma
no se recomienda su uso a oscuras por periodos prolongados antes de acostarse.
Así como las enfermedades
respiratorias alteran los períodos de sueño, también las enfermedades digestivas son causantes de
la interrupción del mismo. La Enfermedad de Reflujo Gastroesofágico (ERGE), es
una enfermedad en la que el esófago no tiene la capacidad de retener los jugos
gástricos, condicionando que al estar el paciente acostado, el jugo gástrico
regrese hacia la boca y provoque irritación
de la garganta, tos, vómitos e incluso pueda dirigirse hasta los bronquios y
causar broncoaspiración. Dependiendo del grado de los síntomas, determinará que
el paciente desperté cansado o no. Sin
embargo, hasta los síntomas leves son
suficientes para que el paciente interrumpa sus fases de sueño. La dispepsia,
la gastritis, la esofagitis, las hernias hiatales, son también condicionantes
de este problema.
Mención especial debe darse a los
oxiuros, un gusano intestinal que tiene hábitos nocturnos y que desciende en
las noches hasta los márgenes del ano y causa molestias importantes, sobre todo
en los niños, lo que hace que despierten con gritos y llanto, que algunas veces
se confunden con pesadillas. Cuando un niño despierta llorando a media noche,
es adecuado revisar en esos momento si existe la presencia de alguno de estos
gusanos (los cuales semejan pequeños filamentos blanquecinos) moviéndose en la
periferia del ano.
Existen también sustancias que
actúan sobre el sistema nervioso impidiendo el sueño o provocando un sueño muy
superficial. Los medicamentos para control de peso tipo anfetaminas, las drogas
no legales tipo anfetaminas, la cafeína,
provocan alteraciones en el patrón del sueño. Es recomendable que los
medicamentos sean otorgados por un médico previa evaluación clínica. De igual
manera, la cafeína es una sustancia que provoca insomnio, pero además tiene efecto
diurético lo que da como consecuencia que el paciente tenga que acudir durante
la noche a orinar, por lo que no logra completar sus ciclos de sueño.
En mi práctica profesional, me he
encontrado pacientes hipertensos o cardiópatas que son tratados con diuréticos
como la clortalidona, hidrocloriazida, furosemida, espironolactona, pero que no
han recibido información precisa sobre el horario de ingesta de sus
medicamentos y cometen el error de
consumirlos de noche. En consecuencia, se despiertan con frecuencia por la
necesidad de orinar.
De igual manera, los pacientes que padecen
diabetes, cuando sufren un descontrol por elevación importante de la glucosa en
sangre, tienen como síntoma la poliuria, esto es orinar grandes cantidades
frecuentemente durante el día y la noche, presentándose así el incómodo síntoma que impide el descanso
adecuado.
Otra patología común en los varones
mayores de 50 años es la hipertrofia o hiperplasia prostática que puede
condicionar una uropatía obstructiva. Esto significa que el paciente disminuye
el calibre del chorro de la orina, orinando incluso por goteo y sin lograr el
vaciamiento total de la vejiga, lo que condiciona tener que orinar muchas veces.
Cuando esta sintomatología se presenta por la noche, recibe el nombre de nicturia
y es causante de alteraciones del sueño.
Los trabajadores que tienen
horarios laborales cambiantes en turnos matutinos, vespertino o nocturnos,
sufren al paso del tiempo alteraciones del ciclo circadiano lo que condiciona
que no puedan dormir el tiempo mínimo requerido y evitando alcanzar las etapas
de sueño que propicien el descanso.
Como podemos observar, son muchas
las causas que conllevan al cansancio matutino al despertar. La importancia de
identificarlas radica en que se pueden corregir bajo tratamiento médico. No
cometa el error de pensar que su cansancio al despertar es por falta de vitaminas.
¡A dormir se ha dicho!
Dr.
Carlos P. Baquedano Villegas
Especialista
en Medicina Familiar
Cancún,
Q. Roo, México. Junio del 2017
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