En la actualidad, nuestro
comportamiento como sociedad se ha vuelto más violento en comparación con el de
generaciones anteriores.
¿A qué se debe este cambio? Según
investigaciones realizadas, intervienen muchos factores que pudieran generar
este cambio en la conducta social; como pueden ser: la inseguridad, el
deterioro de la célula principal de la sociedad (la familia), la economía, el
gobierno, la delincuencia organizada, las redes sociales, el fácil acceso a la
información y muchos otros factores que intervienen para que la sociedad no conviva
en forma armoniosa.
Hace unos días, veía a través
de la redes sociales, el caso de una pareja que agredió físicamente a su vecino
al grado de provocarle severas lesiones que lo dejarán cuadripléjico
(inmovilidad del cuerpo desde los hombros hasta los pies por daño a la columna
cervical). La causa: un perro.
Las redes sociales y el
internet favorecen la difusión de la violencia al publicar imágenes o mensajes
nocivos que se introducen en todos los
ámbitos sociales y accesibles a cualquier edad. Ejemplo de esto fue lo sucedido
en una escuela secundaria donde un alumno disparó un arma contra su maestra y
compañeros, para luego quitarse la vida. De acuerdo a la información que ha
rodeado esta tragedia, el chico estuvo influenciado por las ideas de un grupo
en las redes sociales.
De igual manera, la
delincuencia (que siempre ha existido) se ha tornado más violenta. Por mi
trabajo, puedo enterarme de casos en los cuales se agreden de una forma
desmedida a niños, ancianos y mujeres embarazadas para robarles sus
pertenencias.
Es así como, sin darnos
cuenta, al tener presente la violencia
como parte de nuestra cotidianidad, poco a poco nos volvemos insensibles ante esta descomposición
social.
En mi trabajo como profesional
de la salud, no deja de sorprenderme ver
adolescentes presas de las adicciones permitidas y no permitidas a pesar de
provenir de hogares firmes y funcionales. Por consiguiente, en las familias que
presentan alguna disfuncionalidad, los hijos desde temprana edad son vulnerables a los
embates de una sociedad violenta, siendo presas fáciles de alcoholismo,
drogadicción, embarazo en adolescentes, pandillerismo y delincuencia. Es en ese
transitar, donde los adolescentes se
desarrollan en un ambiente social poco favorable que los lleva a caer en un
pozo sin fondo, del cual muchas veces sólo se puede salir con la muerte.
Una situación lamentable que
viven los niños actualmente es el hecho
que desde pequeños están expuestos a la
violencia a través de las caricaturas bélicas, agresivas y motivadoras de
desobediencia y rebeldía. De igual manera, a través del internet, los menores
tienen acceso a contenidos no aptos para su edad, los cuales despiertan a
temprana edad su curiosidad y los hacen
susceptibles a peligros e influencias negativas que pueden determinar su conducta
en la adolescencia y juventud. Por consiguiente, es responsabilidad de los
adultos, sean padres, hermanos, tíos o
maestros, estar vigilantes del uso y
abuso de las redes sociales e internet de los menores. Las familias evolucionan
en base a su entorno social y cultural, por lo que debemos estar alertas para
identificar esos cambios de comportamiento, adecuarnos a las circunstancias y
estar informados de la situación que vive cada integrante.
Hace poco tiempo, una paciente
refirió que estaba teniendo problemas con su hija adolescente, quien desde su
red social daba avisos de cambios en su conducta. Al preguntar
a la mamá si vigilaba las publicaciones de su hija, la señora respondió que no
le gustaban ese tipo de cosas y que no tenía tiempo para hacerlo. Recuerdo
cuando niño a los papás de ese tiempo les preguntaban ¿Sabes con quién está tu
hijo? ¿Conoces a los amigos de tu hijo? ¿Estás enterado en donde anda tu hijo?
Esas preguntas las debemos trasladar a los tiempos actuales y entonces dirían:
¿Qué redes sociales utiliza tu hijo? ¿Quiénes son sus contactos en redes
sociales? ¿Qué clase de información o videos mira? ¿Pertenece a un grupo? No
digas: Es que no le entiendo o no me gustan esas cosas ¡Es obligación de los
padres conocer y aprender, si es necesario, acerca de lo que viven sus hijos y estar pendientes de lo que sus hijos hacen!
No solo puedes vigilar el
comportamiento y conductas de tus hijos en las redes sociales, sino también de
sus amigos. Recuerda que en un frutero, una sola fruta descompuesta echa a
perder las demás.
Tampoco crees en tus hijos
necesidades ¿Por qué digo esto? En la actualidad es muy común ver a niños desde
muy temprana edad que ya están utilizado teléfonos o tabletas para navegar en
la red. Los papás utilizan estos aparatos para mantenerlos tranquilos y
ocupados, pero es un arma de doble filo. De tal manera que los niños empiezan a
tener adicción a estos aparatos electrónicos al grado de pasar largas horas
utilizándoles, dañando su salud, empleando tiempo de estudio o descanso, con
las consecuencias adversas que esto significa.
¿Conoces el caso de algún niño
o adolescente al cual se le ha tenido que reprender porque ya son altas horas
de la noche y en lugar de dormir está a hurtadillas navegando por el ciberespacio?
Te puedo asegurar que sí conoces casos de ese tipo y probablemente hayan
sucedido en tu misma familia.
Una señora decía que no tenía
este problema puesto que ni siquiera tenía internet, pero no contaba con que el
hijo aprovecha todos los WiFi públicos y de los vecinos y accedía a redes
sociales de forma irrestricta.
Por ello, es importante estar
alertas a lo que hacen nuestros niños y adolescentes, guiarles, explicarles,
platicar con ellos, preguntarles que piensan. Para poder lograr esto, es
indispensable un diálogo constante, abierto y congruente.
Si queremos combatir la
violencia, debemos empezar en casa, sembrando, fortaleciendo y poniendo en
práctica, valores y principios que nos permitan una convivencia respetuosa.
Analizando los eventos que suceden a nuestro alrededor y explicando la
consecuencia de los actos inadecuados. Actualizándonos como adultos en el
avance cibernéticos y estar muy al pendiente de nuestra familia, favoreciendo
redes de apoyo intrafamiliar.
La base de la sociedad es la
familia, por lo que debemos fortalecer a la familia. Ese puede ser tu
aportación para combatir la violencia que nos rodea.
Dr. Carlos P. Baquedano
Villegas
Especialista en Medicina
Familiar
Cancún, Quintana Roo, México.
Marzo del 2017
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