En
la actualidad existe un gran debate sobre si se debe o no legalizar el aborto.
Grupos
a favor de esto dicen que es derecho de la mujer decidir sobre su cuerpo, su
futuro y su vida. Y es innegable que el ser humano tiene el derecho a decidir
sobre qué hacer con su cuerpo, eso no está en discusión. Pero la pregunta
obligada es ¿tenemos derecho a decidir sobre la vida de un ser indefenso?
En
mi ejercicio profesional, he tenido la oportunidad de participar en
procedimientos médicos por abortos espontáneos, incompletos o inevitables.
También he visto en la palma de la mano fetos de menos de 20 semanas de
gestación, productos de abortos completos, los cuales empiezan a dar bocanadas,
hasta expirar. ¿Si no tienen vida, como es que mueren inmediatamente después de
ser abortados? La respuesta es sencilla: La vida inicia desde el momento mismo de
la concepción.
Los
grupos en contra del aborto, han hecho circular por las redes sociales una
serie de debates y posturas que abogan por la vida. Cuenta uno de estos
ejemplos que un día se presentó ante el médico una señora joven con tres niños.
La señora acudió al médico pidiendo que la ayudara a abortar, pues tenía un
embarazo no deseado y ya con tres hijos era muy difícil su situación como para
tener uno más. El médico la escuchaba atentamente y cuando le señora terminó,
él le dijo: Le entiendo y el problema es claro, usted no quiere tener 4 hijos y
desea eliminar a uno ¿a cuál de los que tiene ahora en este consultorio quiere
que matemos? La señora abrió los ojos y asombrada comprendió la postura del
médico, dio la vuelta y se marchó avergonzada.
Es
increíble la incongruencia del actuar de mucha gente que le dan más valor a la
vida e integridad de los animales (postura que admiro) pero no tienen ese mismo
respeto para la vida humana. ¿Cómo es posible que con el afán de lograr adeptos
y votantes, los representantes populares pongan en riesgo la vida de mexicanos
que no han visto la luz del sol pero que se encuentran vivos?
Un
bebe no nato, es un ser vivo que se desarrolla en el útero, que crece y
envejece como lo hacemos los que ya hemos nacido y aunque depende directamente
de la mujer para vivir durante el proceso de gestación, no forma parte de su
cuerpo.
Si
el embarazo se produce por un accidente en la cuenta, por desconocimiento, por
no llevar un método de planificación familiar, por irresponsabilidad, por
ignorancia e incluso por una violación, no significa que se adquiera un derecho
para decidir si un ser humano nace o no.
Un
padre me pidió asesoría para practicar un aborto a su hija bajo este argumento
¿Cómo va a tener un bebé si es apenas una adolescente? va a destruir su futuro
y porvenir, va a truncar su vida. Desafortunadamente, a pesar de mis consejos,
el aborto se realizó.
Ahora
a la distancia pregunto a las mujeres que han tenido un aborto provocado ¿Cómo
te sientes? ¿Has recobrado la felicidad que tenías antes de embarazarte? ¿Tu
vida mejoró? Cada respuesta va a depender de los principios y valores que se
hayan adquirido a lo largo de la vida.
Lo
que sí puedo asegurar es que conozco a muchas mujeres que el aborto que un día
se hicieron para no truncar su futuro, es un pesado lastre en su vida que no
les permite ser felices, incluso siendo ya ancianas, siguen lamentado haberse
practicado un legrado.
Nos
quejamos de la delincuencia, del poco respeto que se tiene a la sociedad y al
ser humano, pero aplaudimos a quienes sin saber hablan, a quienes sin conocer
opinan, a quienes que sin haber visto morir a alguien en sus manos juzgan sobre
el derecho de si o no quitar la vida a otro ser humano.
Algunos
me tacharán de retrógrado, pero si defender la vida significa eso, pues me
confieso totalmente retrógrado.
Un
día vino una paciente pidiéndome que le practicara un aborto y le respondí:
Señora (era una mujer soltera de 20 años), de antemano le pido una disculpa por
mi respuesta, pero yo cuando estudié medicina, lo hice con la convicción de que
quería salvar vidas, no terminarlas. Creo que vino al lugar equivocado. Sin
mirarme a los ojos, la paciente me pregunto que si sabía de alguien que se lo
pudiera practicar, le respondí que no. La chica salió del consultorio y mucho
tiempo después regresó con su bebé y me dijo: Gracias doctor, estuve a punto de hacer un legrado con una
comadrona, pero al momento de llegar al lugar en donde se realizaría, recordé
sus palabras y no me atreví a matar a mi bebé. Mírelo, está hermoso, me abraza
y me dice mamá. A raíz de que lo tengo, mi vida cambió, se ha vuelto más
difícil pero también más feliz.
En
otra ocasión, acudió a mí una pareja. El hombre era mayor de 50 años y la
señora era como de la tercera década de vida. Habían tenido un embarazo no
deseado y estaban muy preocupados pues él no sabía qué hacer, ya que a su edad,
tener un hijo era algo que no estaba en sus planes, pues incluso ya era abuelo.
Con la confianza brindada me atreví a decirles: He escuchado su postura y sus
temores son válidos, pero ¿le ha preguntado a su esposa que desea? Ella se
soltó a llorar y dijo que sí quería tener ese bebé. Pasaron los meses y el
embarazo terminó. Ahora a la distancia, veo con mucha alegría como el orgulloso
papá pasea a su hijo por el parque, revitalizado y feliz. El destino sigue
siendo incierto para ese hombre, pero su presente es feliz, con un regalo
maravilloso de vida: su hijo.
A
un paciente adolescente le pregunté ¿Qué
piensas del aborto? y me respondió de esta forma que textualmente les
transcribo: Como joven pienso que es el peor acto que el ser humano puede
realizar. Pero lo que no soporto es la idea de hacer el amor sin protección.
Porque por culpa de acciones irresponsables,
podemos cambiar nuestra vida en el sentido de sueños y metas.
Hace
unos días tuve la oportunidad de platicar con una joven madre que tuvo un
aborto espontáneo en su segundo embarazo. Se encontraba muy triste y lloraba
con tan sólo recordar lo sucedido. Yo me pregunto, si a esta etapa de duelo se
agrega el remordimiento de haber asesinado a un ser vivo que se desarrollaba en
el vientre ¿cómo se sentirá la persona que se provoca o practica un aborto?
En
mi opinión, el aborto es uno de los actos más terribles del ser humano. Quitar
la vida a otro ser humano y además indefenso les aseguro que es una huella en
el alma que difícilmente se borrará.
¡Si
a la vida!
Dr.
Carlos P. Baquedano Villegas
Especialista en Medicina FamiliarCancún, Quintana Roo, México. Mayo del 2015
Visita mi website
Editoriales Anteriores
Risoterapia
Fiesta en puerta: CARUDA Canta y Baila. La mejor opción para animación, audio, luces y karaoke ¡Te la recomiendo! Haz de tu fiesta un éxito
No hay comentarios:
Publicar un comentario