Más
de un paciente ha llegado a mi consultorio refiriéndome su temor a contagiarse
de Ébola, pues las noticias que hasta el día de hoy se tienen con respecto a la
epidemia en África y los casos aislados de Europa y Norteamérica, son alarmantes.
El
temor radica en que vivimos en Quintana Roo, México, estado que se caracteriza
por su industria sin chimeneas: El turismo. Motivo por el cual tenemos
visitantes de todas partes del mundo, en especial de Europa, Norteamérica, Asia
y en menor cantidad Suramérica.
Desafortunadamente,
las redes sociales y el internet son una gran fuente de información inexacta
(cuando se visitan blogs o sitios informales), pues gente que no es experta o que incluso desconoce, puede subir a la red
artículos mal fundamentados.
A
diferencia de otros meses en los cuales escribo artículos originales, en esta
ocasión me di a la tarea de buscar información fidedigna y hacer un resumen de
fácil entendimiento sobre esta enfermedad, ahora tan famosa.
Pero
entremos de lleno al tema:
¿Qué
es el ébola? Es una enfermedad conocida como FIEBRE HEMORRAGICA DEL ÉBOLA (a la
cual designaremos en adelante como EVE), la cual es causada por un virus de la
familia Filoviridae (Filovirus), del género Ébolavirus el cual a su vez
comprende cinco especies diferentes:
1. Ébolavirus Bundibugyo (BDBV)
2. Ébolavirus Zaire (EBOV)
3. Ébolavirus Reston (RESTV)
4. Ébolavirus Sudán (SUDV) y
5. Ébolavirus Tai Forest (TAFV)
Las
especies BDBV, EBOV y SUDV son las que se han asociado a los grandes brotes de
EVE en África.
El
virus del ébola se detectó por primera vez en Nzara (Sudán) y Yambuku
(República Democrática del Congo) en dos brotes simultáneos en el año de 1976.
El nombre del virus viene por la cercanía del río Ébola con la aldea en donde
se produjo el segundo brote.
El
virus es transmitido al ser humano por animales salvajes y se propaga a las
poblaciones humanas mediante la transmisión de persona a persona. Se considera que los huéspedes naturales del
virus son los murciélagos frugívoros (que se alimentan parcial o exclusivamente
de frutos) de la familia Pteropodidae.
Las
personas que padecen la fiebre hemorrágica del Ébola o Enfermedad por el Virus
del Ébola (EVE) tienen una probabilidad de muerte de hasta el 90%, lo que hace
a esta enfermedad sumamente peligrosa.
El
modo de contagio es el siguiente: En humanos se introduce por los animales al
estar en contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos
corporales. Se han documentado en África casos de infecciones asociadas a la
manipulación de chimpancés, gorilas, murciélagos, antílopes y puercoespines
infectados que se habían encontrado muertos o enfermos en la selva.
Posteriormente, el virus se propaga a la comunidad mediante la transmisión de
persona a persona, por contacto directo (a través de las membranas mucosas o de
soluciones de continuidad en la piel, como son las heridas) con órganos,
sangre, secreciones u otros líquidos corporales de personas infectadas. También
existe contagio por contacto indirecto con materiales contaminados por dichos
líquidos. Los varones, pueden seguir transmitiendo el virus por el semen hasta
siete semanas después de la recuperación clínica.
Los
signos y síntomas de la EVE son:
-Fiebre
de aparición súbita
-Dolores
musculares y articulares
-Debilidad
intensa (astenia y adinamia)
-Cefalea
-Dolor
de garganta (odinofagia)
-Vómitos
y diarrea
-Erupciones
cutáneas
-Falla
renal y hepática
-Hemorragias
internas y externas (en algunos casos)
Los
estudios de laboratorio realizados reportan disminución de los leucocitos
(glóbulos blancos) y plaquetas, así como elevación de las enzimas hepáticas.
El
tiempo que pasa desde que estás en contacto con un enfermo de EVE y te infectas
hasta la aparición de los síntomas (período de incubación) se encuentra entre
los 2 a 21 días, como sucede en la mayoría de las infecciones virales.
Como
podrán ver, estos signos y síntomas son muy parecidos a los que produce el
Dengue por lo que podemos tenerlos en caso de estar enfermos; sin embargo, la
diferencia con ébola es que
necesariamente tendríamos que haber estado en contacto con una persona
diagnosticada con EVE o que provenga de alguna ciudad que actualmente tiene la
epidemia.
Cabe
aclarar que no es el Dengue la única enfermedad que puede tener síntomas
parecidos al EVE, también puede tratarse de paludismo, fiebre tifoidea o
salmonelosis, cólera, shigelosis, leptopirosis, meningitis, hepatitis y otro
tipo de fiebres hemorrágicas virales.
Aunque
se han hecho en últimas fechas múltiples ensayos, aun no existe una vacuna que
haya comprobado su eficacia al cien por ciento para crear inmunidad a dicha
enfermedad. Tampoco existe tratamiento específico para la EVE. Al enfermo
únicamente se le otorgan cuidados paliativos, hidratación y seguimiento con
estudios de laboratorio.
Es
importante tener información correcta para poder estar prevenidos. No debemos caer
en pánico, pero tampoco tomemos a la ligera cualquier síntoma parecido a los
mencionados. Lo más adecuado es acudir a un médico o institución de salud para
recibir atención. También recuerda que
la automedicación es peligrosa y que incluso retrasa el diagnóstico oportuno.
No
bajes la guardia, entérate, aplica medidas de prevención y difunde esta
información entre tus conocidos.
Dr.
Carlos P. Baquedano Villegas
Especialista
en Medicina Familiar
Cancún,
Quintana Roo, México. Noviembre del 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario