sábado, 1 de noviembre de 2014

Ébola

Más de un paciente ha llegado a mi consultorio refiriéndome su temor a contagiarse de Ébola, pues las noticias que hasta el día de hoy se tienen con respecto a la epidemia en África y los casos aislados de Europa y Norteamérica, son alarmantes.

El temor radica en que vivimos en Quintana Roo, México, estado que se caracteriza por su industria sin chimeneas: El turismo. Motivo por el cual tenemos visitantes de todas partes del mundo, en especial de Europa, Norteamérica, Asia y en menor cantidad Suramérica.

Desafortunadamente, las redes sociales y el internet son una gran fuente de información inexacta (cuando se visitan blogs o sitios informales), pues gente que no es experta  o que incluso desconoce, puede subir a la red artículos mal fundamentados.

A diferencia de otros meses en los cuales escribo artículos originales, en esta ocasión me di a la tarea de buscar información fidedigna y hacer un resumen de fácil entendimiento sobre esta enfermedad, ahora tan famosa.

Pero entremos de lleno al tema:

¿Qué es el ébola? Es una enfermedad conocida como FIEBRE HEMORRAGICA DEL ÉBOLA (a la cual designaremos en adelante como EVE), la cual es causada por un virus de la familia Filoviridae (Filovirus), del género Ébolavirus el cual a su vez comprende cinco especies diferentes:

1.   Ébolavirus Bundibugyo (BDBV)
2.   Ébolavirus Zaire (EBOV)
3.   Ébolavirus Reston (RESTV)
4.   Ébolavirus Sudán (SUDV) y
5.   Ébolavirus Tai Forest (TAFV)

Las especies BDBV, EBOV y SUDV son las que se han asociado a los grandes brotes de EVE en África.

El virus del ébola se detectó por primera vez en Nzara (Sudán) y Yambuku (República Democrática del Congo) en dos brotes simultáneos en el año de 1976. El nombre del virus viene por la cercanía del río Ébola con la aldea en donde se produjo el segundo brote.

El virus es transmitido al ser humano por animales salvajes y se propaga a las poblaciones humanas mediante la transmisión de persona a persona.  Se considera que los huéspedes naturales del virus son los murciélagos frugívoros (que se alimentan parcial o exclusivamente de frutos) de la familia Pteropodidae.

Las personas que padecen la fiebre hemorrágica del Ébola o Enfermedad por el Virus del Ébola (EVE) tienen una probabilidad de muerte de hasta el 90%, lo que hace a esta enfermedad sumamente peligrosa.

El modo de contagio es el siguiente: En humanos se introduce por los animales al estar en contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales. Se han documentado en África casos de infecciones asociadas a la manipulación de chimpancés, gorilas, murciélagos, antílopes y puercoespines infectados que se habían encontrado muertos o enfermos en la selva. Posteriormente, el virus se propaga a la comunidad mediante la transmisión de persona a persona, por contacto directo (a través de las membranas mucosas o de soluciones de continuidad en la piel, como son las heridas) con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de personas infectadas. También existe contagio por contacto indirecto con materiales contaminados por dichos líquidos. Los varones, pueden seguir transmitiendo el virus por el semen hasta siete semanas después de la recuperación clínica.

Los signos y síntomas de la EVE son:
-Fiebre de aparición súbita
-Dolores musculares y articulares
-Debilidad intensa (astenia y adinamia)
-Cefalea
-Dolor de garganta (odinofagia)
-Vómitos y diarrea
-Erupciones cutáneas
-Falla renal y hepática
-Hemorragias internas y externas (en algunos casos)

Los estudios de laboratorio realizados reportan disminución de los leucocitos (glóbulos blancos) y plaquetas, así como elevación de las enzimas hepáticas.

El tiempo que pasa desde que estás en contacto con un enfermo de EVE y te infectas hasta la aparición de los síntomas (período de incubación) se encuentra entre los 2 a 21 días, como sucede en la mayoría de las infecciones virales.

Como podrán ver, estos signos y síntomas son muy parecidos a los que produce el Dengue por lo que podemos tenerlos en caso de estar enfermos; sin embargo, la diferencia con ébola  es que necesariamente tendríamos que haber estado en contacto con una persona diagnosticada con EVE o que provenga de alguna ciudad que actualmente tiene la epidemia.

Cabe aclarar que no es el Dengue la única enfermedad que puede tener síntomas parecidos al EVE, también puede tratarse de paludismo, fiebre tifoidea o salmonelosis, cólera, shigelosis, leptopirosis, meningitis, hepatitis y otro tipo de fiebres hemorrágicas virales.

Aunque se han hecho en últimas fechas múltiples ensayos, aun no existe una vacuna que haya comprobado su eficacia al cien por ciento para crear inmunidad a dicha enfermedad. Tampoco existe tratamiento específico para la EVE. Al enfermo únicamente se le otorgan cuidados paliativos, hidratación y seguimiento con estudios de laboratorio.

Es importante tener  información correcta  para poder estar prevenidos. No debemos caer en pánico, pero tampoco tomemos a la ligera cualquier síntoma parecido a los mencionados. Lo más adecuado es acudir a un médico o institución de salud para recibir atención.  También recuerda que la automedicación es peligrosa y que incluso retrasa el diagnóstico oportuno.

No bajes la guardia, entérate, aplica medidas de prevención y difunde esta información entre tus conocidos.

Referencia bibliográfica: OMS (World Health Organization)

Dr. Carlos P. Baquedano Villegas
Especialista en Medicina Familiar

Cancún, Quintana Roo, México. Noviembre del 2014.


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