domingo, 1 de junio de 2014

GORDITO FELIZ

¡Gordito, pero contento! La mentira más común que se dice entre las personas que tienen sobrepeso.

Me atrevo  afirmar, sin temor a equivocarme que no existen gorditos felices, pues tanto  niños como adultos que sufren sobrepeso y obesidad son víctimas de bullying y discriminación, lo que en consecuencia afecta su autoestima.

Analicemos la siguiente situación de la vida diaria: Una mujer que se prepara para ir a una reunión. Después de un rico baño, se prueba un vestido, luego se prueba otro, saca un vestido más y al final acaba poniéndose el vestido que inicialmente eligió, pero estirándolo y con un enojo que no se puede ocultar. ¿Podemos  pensar que esa persona es feliz con el cuerpo que tiene?

Aunque la obesidad es un problema de salud, el cual en la actualidad se combate a nivel internacional, la realidad es que a la mayoría de las personas les interesa bajar de peso por situaciones de estética y moda, sin tener en que en cuenta que por sí sola, la obesidad es una enfermedad y que puede ser causante de otras enfermedades.

Cuando una persona se da cuenta que necesita bajar de peso, lo fundamental es tomar la decisión de hacerlo y aplicarse en ello. Existen en la actualidad muchas alternativas para el control de peso, unas más efectivas que otras, sin embargo, lo más importante es acudir con profesionales capacitados que puedan darte el tratamiento adecuado a tu condición y así lograr perder peso sin rebote o complicaciones secundarias.

En la desesperación por querer bajar de peso, las personas recurren a dietas de moda, productos milagro, cremas mágicas, etc. Desafortunadamente, los resultados obtenidos son transitorios, fugaces o a veces nulos. Otro error es dejar de cenar, pues esta práctica es la mejor forma de lograr todo lo contrario. Sucede que nuestro cuerpo al no recibir alimento durante la cena, interpreta esta falta de comida como carencia, por lo que se vuelve lento con la finalidad de administrar energía. Cuando el individuo vuelve a comer (la mayoría de las veces con mucha hambre) el metabolismo aprovecha al máximo todos los alimentos y acumula energía para la supuesta carencia. Cuando el metabolismo detecta que no existe tal carencia y se vuelve a reactivar, el daño ya se ha hecho y la ganancia del peso es inevitable. También es una práctica común y equívoca, consumir diuréticos o laxantes que logran bajar de peso de forma momentánea, pero al restituirse los líquidos se vuelve a ganar peso.

Los alimentos que más suben de peso son los carbohidratos contenidos en tortillas, pan, galletas, los pasteles, refrescos, golosinas, entre otros. Y aunque estos alimentos son necesarios en la alimentación diaria para el otorgamiento de energía, el exceso de su ingesta es una de las causas del incremento  del peso.

Pero la mala alimentación no es el único villano en el aumento de peso.

En el siglo pasado, al televisor se le cambiaba de canal directamente girando una perilla selectora, no había control remoto, motivo por el cual el televidente se tenía que levantar para cambiar de programa o apagar el aparato televisivo.  Este es un ejemplo de cómo  la tecnología ha venido a facilitar la vida y en consecuencia volvernos más sedentarios.

Las actividades diarias, el exceso de trabajo, la inseguridad, la falta de espacios públicos para hacer deporte, son factores que pueden favorecer el sedentarismo y en consecuencia obtener más peso.

Hace algunos años escribí un breve artículo sobre la obesidad pero no sólo hay que tener la información, más que conocerla hay que ocuparse de ella.

Para poder perder peso, no basta con ponerse a dieta; es más, esa palabra se debe eliminar de tu pensamiento, ya que pensar en dieta es restrictivo y en consecuencia genera angustia. Más bien, se trata de una reestructuración de la forma de comer, por lo que se debe llamar Plan Alimenticio. Sin embargo, además de lo anterior es necesario hacer ejercicio diario, preferentemente aeróbico, con la finalidad de quemar calorías y lograr así el objetivo.

Estas medidas se deben realizar bajo un cuidado médico estricto, pues hay personas que cursan con enfermedades que desconocen, como el hipotiroidismo que les hace subir de peso aunque cuiden su alimentación.

De igual forma, algunas enfermedades tienen contraindicados cierto tipo de ejercicios como por ejemplo las cardíacas o la presión arterial alta, en las cuales no se debe hacer pesas debido al riesgo que existe para infartarse. Y qué decir de los medicamentos para control de peso, la mayoría de ellos están contraindicados en enfermedades como la hipertensión arterial, el glaucoma o enfermedades endócrinas, por lo tanto, solo deben ser recetados por médicos.

Desconfía del personal de salud, instructores de ejercicio, nutriólogos que te recetan medicamentos en bolsitas o paquetitos con la finalidad de que acudas de forma semanal o frecuente a consulta. O peor aún, que se atreven a aplicar inyecciones para movilizar las grasas sin ser médicos. Desafortunadamente, existen personas poco profesionales, gente sin escrúpulos, que no les importa causar un daño con la finalidad de lucrar con la salud y obtener jugosas ganancias.

La alimentación y el ejercicio son el binomio fundamental para poder bajar de peso, ya sea por gusto o necesidad.

Debe existir una férrea disciplina y apego al programa que profesionales diseñen para ti, previa valoración médica integral; cambiar hábitos de vida y mantener los logros obtenidos. La receta que le sirvió a tu vecina, no necesariamente te tiene que hacer efecto, ya que no todos los organismos son iguales, pues las condiciones de edad, género, enfermedades y estilos de vida intervienen para que los resultados sean diferentes en cada persona.

Lo que puedo asegurar en base a mi experiencia profesional, es que SE PUEDE BAJAR DE PESO y dejar de ser un GORDITO FELIZ para convertirte en una persona saludable. Claro que lo estético no está peleado con la salud y es válido no solo querer estar bien, sino verse bien.

No tomes decisiones equivocadas que a la larga pueden ser más perjudiciales. Preocúpate por tu salud, pero mejor aun, ocúpate de ella.


Dr. Carlos P. Baquedano Villegas
Cancún, Q. Roo, México. Junio del 2014



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