¡Hola
doctor!, buenas tardes, me he sentido con dolor de garganta y vengo por un
antibiótico…. ¿Cómo he sabido lo que necesito? Pues fue muy fácil, me metí a
internet y el Dr. Google® me ha dicho que es lo que tengo….
Aunque
parezca exagerado, pero así es. Cada día es más frecuente que el paciente
llegue al consultorio diciendo que ya sabe lo que tiene porque lo consultó en
internet.
Sin
embargo, estas personas olvidan algo muy importante y sumamente relevante en el
aspecto de la salud, mismo que a continuación describo.
En
la Facultad de Medicina
de la Universidad
Autónoma de Yucatán, sitio en donde yo
estudié, el plan de estudios es el siguiente:
-Cinco
años de escuela con prácticas todos los días en hospital
-Un
año de internado de pregrado (con horario de 07:00 a 16:00 hrs y guardias de 24
horas cada 3er día.
-Un
año de servicio social en una población rural, tiempo en el cual debes realizar
la tesis y titularte.
Pero
ahí no acaba la situación, al egresar de la universidad como médico general,
cirujano, cirujano y partero, etc., la preparación es inconclusa, pues la
mayoría de las veces el médico tiene que hacer un posgrado que va de 3 a 5 años
dependiendo de la especialidad, y si además hace subespecialidad, pues súmense
otros 2 años aproximadamente.
Cada
médico con postgrado, tiene que certificarse al terminar la especialidad que
eligió presentando un examen ante un consejo médico, y posteriormente cada 5
años tiene que recertificarse mediante la acreditación de puntos curriculares
que obtiene al realizar cursos de actualización, adiestramientos, diplomados,
maestrías, investigación y docencia.
Considero
pertinente puntualizar el proceso de formación académica de un médico, ya que
la salud de una persona no es una fórmula matemática para que en un buscador de
internet ingreses los datos (síntomas del malestar) y obtienes la respuesta
para tu padecimiento.
Y
es que todos llevamos en nuestro interior el deseo escondido de ser médicos. ¿O
no es cierto que en más de una ocasión le hayas recetado algún medicamento a un
compañero de trabajo, familiar o amigo porque a ti te fue bien con ello?
También
existe la tendencia de resurtir la receta anteriormente recibida si los
síntomas de la enfermedad actual se parecen a los síntomas de la patología por
la cual se emitió esa receta.
Pero
todos somos médicos. ¿No te ha sucedido que llegas a la farmacia a comprar el
medicamento que tu doctor te recetó y el farmacéutico te cambia la medicina? En
una ocasión, al poco rato de haber consultado conmigo, una paciente me llama
diciéndome que la medicina que le receté ya no existía (cosa que era mentira)
pero que el señor farmacéutico le estaba recomendando otro medicamento, que
aunque era de un componente diferente, le servía para lo mismo. Con mucho
respeto, le pedí a mi paciente que le preguntara al señor farmacéutico que
grado de estudios tenía, pregunta que mi paciente realizó recibiendo como
respuesta que el señor farmacéutico tenía su secundaria terminada. Como último
comentario le pedí a mi paciente que fuera a otra farmacia y que me diera el
beneficio de la duda sobre la existencia y beneficio del medicamento recetado,
pues tenía un poquito más de estudios que el señor farmacéutico ¿y que creen?
Mi paciente fue a otra farmacia y si encontró la medicina.
Me
quedé muy intrigado de saber que era lo que pasaba con la industria
farmacéutica y pronto obtuve la repuesta por uno de los empleados de estas
farmacias en la que supuestamente ahorras: Por cada receta que logren cambiar y
vender los medicamentos de la marca genérica que comercializa esta cadena, ellos
recibían $10.00 (pesos mexicanos). Claro que para conseguir esto, muchas veces
es necesario engañar al paciente diciendo que el medicamento que su médico le
recetó ya está descontinuado, creando en el paciente desconfianza hacia su
médico, y logrando su objetivo: cambiar la receta ¿y la ética? Bien, gracias.
También
están las personas que al ver programas televisivos en los que les muestran
anuncios tendenciosos y con información incompleta, quedan plenamente
convencidos de comprar tal o cual medicamento, y peor aún, recetárselos a sus
amigos o familia.
De
esta manera podemos observar en las situaciones antes descritas, como la
automedicación es parte del diario vivir. Pero, ¡cuidado! ¿A qué nos exponemos
con ello?
Les
comparto un caso médico:
Paciente
masculino de 25 años de edad, inicia con
temperatura y dolor abdominal agregándose de forma posterior, diarrea y vómito.
El paciente empieza a tomar antibióticos y analgésicos por autoprescripción.
Cinco días después, se sigue sintiendo muy mal e incluso peor por lo que decide
acudir a un médico quien decide operarlo de emergencia. Es sometido a una
cirugía que se llama laparotomía exploratoria, la cual consiste en abrir todo
el abdomen para explorar cual es el problema. Durante el evento quirúrgico le
encuentran que tuvo una apendicitis la cual se perforó y le estaba causando una
peritonitis, se le tienen que extirpar aproximadamente 1 metro de intestino y
sale del quirófano con una colostomía (el intestino se conecta a una bolsa por
fuera del abdomen), y un tiempo después se le volvió a operar para reconectar
el intestino. Afortunadamente no murió, pero, ¿Por qué fue tan grave su problema,
complicándose cada vez más al grado de poner en peligro su vida?… ¡Por la
automedicación!, pues no tuvo la valoración médica a tiempo y bloqueó los
síntomas del problema real.
De
verdad que recetar no es tan fácil, se tienen que valorar muchas cosas,
síntomas, signos, tiempo de evolución, causas más comunes de las enfermedades,
efectos adversos, alergias, contraindicaciones, edad, género, enfermedades
asociadas, el uso de otros medicamentos, etc.
Por
ejemplo, ¿sabías tu que los pacientes que son alérgicos a la Aspirina® no deben
consumir Pepto-Bismol® porque también les produciría alergia? Algo tan común de
usar, pero que por desconocimiento te puede causar una alergia, choque
anafiláctico e incluso la muerte. Otro ejemplo, los pacientes asmáticos no
deben consumir medicamentos de tipo antinflamatorios no esteroideos (ejemplo
naproxeno, diclofenaco, piroxican, etc) pues el consumo de estos les puede
ocasionar una crisis asmática.
Deja
tu salud en manos de los profesionales. No llevarías tu auto último modelo a un
taller improvisado ¿verdad? Es válido tomar algún analgésico cuando te sientes
mal, pero no dejes de acudir al médico. Muchas veces las enfermedades en sus
inicios son como los icebergs, sólo dejan ver una pequeña parte del padecimiento,
pero investigando se encuentra que son más graves.
Y
si vas a gastar en un médico, verifica que te atienda alguien debidamente capacitado,
que sea médico, que tenga la especialidad que anuncia y que no sea un charlatán
¿Cómo lo puedes saber? En México, se puede revisar la cédula profesional en la
siguiente dirección (puede tardar un poco en abrir, ten paciencia) http://www.cedulaprofesional.sep.gob.mx/cedula/indexAvanzada.action Hasta de los
médicos más afamados te puedes llevar sorpresas.
Deja
el cuidado de tu salud en los médicos. No juegues al doctor, muchas veces esto
puede ser mortal.
Dr.
Carlos Baquedano Villegas
twitter:@CBaquedano_V
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