martes, 1 de marzo de 2011

¿SORDO YO?

¿Cuántas veces has visto a niños, jóvenes, adultos, con los auriculares y audífonos de equipos de sonido y celulares escuchando música a todo volumen? Incluso somos capaces de oír lo que la otra persona escucha a través de sus audífonos.

Es una escena muy común la cual podemos ver en todos lados, y que muchas veces pasa desapercibida por considerar dicho comportamiento como inofensivo. Sin embargo, este hecho que puede considerarse como algo positivo, condiciona en muchos casos, daño a la salud física de quien lo practica.

Esta es una de las principales causas de TRAUMA ACUSTICO. Esta patología ocasiona que el paciente afectado sufra una disminución de la capacidad auditiva (hipoacusia) o incluso pérdida de la audición sensorial (sordera).

Además del uso de audífonos como uno de los agentes causales del trauma acústico, existen otros factores como lo son uso de teléfonos con volumen alto, exposición prolongada a ruidos o sonidos fuertes (máquinas, bocinas en un antro, motores, equipos de sonido y televisión que cada vez tienen más potencia, explosiones producidas por artefactos de pólvora como lo son balas, petardos, bombitas, palomas, voladores, toritos, etc.) entre otros. En el caso de las explosiones el daño que condiciona el trauma acústico puede ser transitorio, pero, si el oído se encuentra dañado y se sigue exponiendo a otras fuentes de sonido alto, se corre un riesgo mayor de sufrir daños irreversibles.

Lo grave de esta enfermedad, es que el paciente no sabe de la lesión que lentamente se produce en él al estar expuesto a los agentes mencionados. En consecuencia, al existir trauma acústico, se presenta una pérdida de la audición que obliga al paciente a tener que aumentar el volumen de los aparatos para poder escuchar, creándose un círculo vicioso, y por consiguiente mayor daño al oído.

En el ámbito laboral, los trabajadores que pasan largos períodos sometidos a ruidos intensos o repetitivos (como son los empleados de las fábricas o de la construcción) deben usar protección en los oídos, pero rara vez lo hacen. Lo mismo sucede con los meseros, bailarines, encargados de limpieza, disc jokey’s de antros con altos decibeles de sonido, que no utilizan protección auditiva. Esto incluso puede ser considerado como un factor de riesgo de trabajo. Sin embargo, si la empresa ha dotado de artefactos protectores a sus trabajadores y estos no los usan, la evaluación legal del Médico de Salud en el Trabajo es a No de Riesgo de Trabajo por negligencia del paciente al no utilizar las medidas de protección otorgadas por el patrón.

¿Y cuáles son los síntomas que condiciona el trauma acústico?

Tinnitus: Presencia de grillos o ruidos extraños en los oídos, que se incrementa cuando el paciente afectado se encuentra en lugares con poco ruido o silenciosos.

Pérdida de la audición: Generalmente involucra a los sonidos de tono alto, con incremento gradual de la pérdida de la audición de acuerdo a la exposición al ruido.

Sensación de oídos tapados: El paciente siente que tiene agua o tapado el oído, sensación que hace que se introduzca objetos al conducto auditivo externo, con el riesgo de perforación timpánica o lesiones al conducto auditivo.

Vértigo: En el oído interno se encuentra el sistema de equilibrio de nuestro cuerpo y cuando existe trauma, puede presentarse pérdida del equilibrio.

Desafortunadamente el daño sensorial que se produce al oído (con las consecuencias ya descritas) por el trauma acústico es en muchas ocasiones irreversible, teniéndose la necesidad de usar aparatos auditivos para compensar la pérdida de la audición, o incluso aparatos que producen vibraciones repetitivas para disminuir las molestias que causa el tinnitus.

Es responsabilidad de los adultos, explicar a los menores del riesgo que se corre cuando están expuestos a ruidos o sonidos intensos que pueden causar trauma acústico. De igual forma, se deben leer las instrucciones de los aparatos de sonido antes de utilizarlos.

Aunque no tiene que ver directamente con el tema, es importante hacer una recomendación: Evitar introducir objetos al oído con la finalidad de limpiarlos, pues el cerumen que se produce en el oído externo tiene una función protectora al adherirse a él, polvo, animales, u otras sustancias que accidentalmente pudieran entrar al oído. El limpiar este cerumen deja desprotegido al oído. Otro error es introducir hisopos o “cotonetes” en los oídos, pues se empuja el cerumen hacia el fondo, creando impactación del mismo, que forma tapones que disminuyen de forma mecánica la audición en el paciente. Lo recomendable es limpiar solamente la oreja sin introducir nada al oído para evitar este problema.

Para concluir, es importante tener en cuenta todas estas observaciones y recomendaciones a fin de evitar un daño a nuestro sistema auditivo que en muchas ocasiones puede ser irreversible.

Es cierto que el utilizar los audífonos o manos libres de celulares previene accidentes vehiculares, pero su abuso puede condicionar lesiones muy molestas e incluso incapacitantes.


Dr. Carlos P. Baquedano Villegas
http://medicasanvicente.sitiosprodigy.mx

Cancún, Q. Roo, México. Marzo del 2011

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