En estos días nos hemos enterado de la explosión de una pipa de gas
ocurrida en septiembre del 2025 en la Calzada Ignacio Zaragoza, a la altura del
Puente de la Concordia, en Iztapalapa, Ciudad de México.
Este fatal accidente con su alto índice de mortalidad, nos hace recordar lo
frágiles y vulnerables que somos los seres humanos a las quemaduras, causa
principal de las defunciones ocurridas en este trágico evento.
Con mucho respeto y solidaridad para las víctimas y sus deudos, abordaré
este tema con la finalidad de explicar sobre las quemaduras y sus
consecuencias.
El cuerpo humano de un adulto promedio tiene una superficie de piel de
aproximadamente de 1.5 a 2 metros cuadrados, aunque esta medida puede variar
ligeramente según la estatura y el peso de la persona.
La piel de un adulto promedio pesa alrededor de 5 kilogramos, lo que
representa aproximadamente el 15% del peso corporal total.
La piel es el órgano más grande y externo del cuerpo humano, compuesto por
tres capas (epidermis, dermis e hipodermis también conocida como tejido celular
subcutáneo) con funciones vitales como la protección contra patógenos y
lesiones, la regulación de la temperatura, la sensibilidad al tacto y el dolor,
el almacenamiento de agua, grasa y nutrientes. También es un órgano vivo y
dinámico que se renueva constantemente y cuya apariencia puede indicar la salud
general del organismo.
En síntesis, la piel es la armadura perfecta para el ser humano.
El fuego, la luz solar, la electricidad, líquidos hirviendo (como agua o
comida), objetos calientes, ácidos, radiación o alguna otra fuente de energía
pueden ser causantes de quemaduras en la piel.
Cuando existe exposición de la piel al calor o sustancias químicas, se
producen quemaduras que dependiendo de su profundidad o extensión reciben
diferente clasificación.
Las quemaduras en la piel se clasifican principalmente por su profundidad,
determinando el grado de daño a las capas de la piel, lo que influye en los
síntomas y el tratamiento.
Existen tres grados principales: primer grado, que afecta solo la capa
externa con enrojecimiento y dolor; segundo grado, que daña la capa externa y
la interna, causando ampollas y dolor más intenso; y tercer grado, que destruye
todas las capas de la piel y el tejido subyacente, resultando en piel seca,
blanquecina o carbonizada y pérdida de sensibilidad.
Quemaduras de primer grado (superficiales).
Afectan sólo la epidermis (capa externa de la piel) y como síntomas
presentan enrojecimiento, dolor e hinchazón. Una causa común de estas son las
que provoca la exposición al sol, aunque en ocasiones pueden incluso llegar a
segundo grado.
Quemaduras de segundo grado (espesor parcial).
Afectan a la epidermis y la dermis y causan dolor intenso, enrojecimiento,
hinchazón y formación de ampollas. Pueden ser superficiales o profundas y
suelen ser las más dolorosas.
Quemaduras de tercer grado (espesor total)
Afectan todas las capas de la piel y el tejido subyacente. Tienen la
característica de que la piel puede verse blanca, oscura o carbonizada. A
menudo son indoloras debido al daño de los nervios, pero el tejido puede ser
correoso. Esto las hace más peligrosas.
Además de la profundidad, las quemaduras también se clasifican por extensión,
localización y causa.
En la extensión de las quemaduras, se calcula el porcentaje de la
superficie corporal total afectada (SCT).
Leve: Menos del 10% de la superficie corporal total, sin afectar áreas críticas.
Grave: Entre el 10% y el 30% de la superficie corporal, o quemaduras de segundo
grado en áreas críticas como manos, pies, cara o genitales.
Muy grave: Entre el 30% y el 50% de la superficie corporal.
Crítica: Más del 50% de la superficie corporal.
Con respecto a la localización, algunas áreas, como la cara, manos, pies o
articulaciones, son más críticas, porque estas áreas son fundamentales para la
función y la vida diaria, y las quemaduras en ellas pueden causar
complicaciones graves como pérdida de función, riesgo de infección y daños
permanentes. Las articulaciones pueden perder movilidad debido a la rigidez de
las cicatrices, mientras que las manos y pies requieren mucha destreza y la
cara es crucial para la identidad y la expresión. Estas zonas también son más
vulnerables a las infecciones
Las quemaduras también se clasifican por la causa. Pueden ser térmicas
(calor), químicas, eléctricas o por radiación.
Complicaciones de las quemaduras.
Va a depender de la gravedad y la extensión el pronóstico de vida y
funcionalidad del paciente (como consecuencia de las cicatrices).
Las personas con quemaduras pueden morir debido a complicaciones graves,
como la infección, que a menudo conduce a sepsis, y la lesión por inhalación de
humo, que afecta los pulmones.
Otras causas importantes incluyen el shock (hipovolémico, neurogénico y
séptico) y la insuficiencia multiorgánica, que son el resultado de la extensión
de la quemadura, el daño tisular y la respuesta del cuerpo.
La gravedad de la quemadura y el área del cuerpo afectada son factores
clave que determinan el riesgo de muerte.
Infección y sepsis.
La piel quemada pierde su barrera protectora, lo que facilita la entrada de
bacterias y aumenta el riesgo de infecciones locales y sistémicas (sepsis). La
sepsis es una causa muy común de muerte en quemaduras extensas y el estado de
inmunosupresión de estos pacientes los hace más vulnerables.
Lesión por inhalación.
Inhalar humo o gases tóxicos puede causar daños graves en las vías
respiratorias y los pulmones, provocando edema pulmonar, inflamación y
dificultades respiratorias. Esto aumenta significativamente el riesgo de
mortalidad y neumonía.
Choque.
Choque hipovolémico: Las quemaduras extensas provocan una pérdida
masiva de líquidos y plasma sanguíneo a través de los vasos dañados, lo que
lleva a una caída peligrosa de la presión arterial.
Choque neurogénico: Puede ocurrir debido al trauma y al dolor intenso
asociado con las quemaduras.
Choque séptico: Es una complicación de la infección generalizada.
Falla Orgánica Múltiple: Un daño masivo en el cuerpo por
quemaduras extensas puede provocar que varios órganos (riñones, pulmones,
corazón, etc.) dejen de funcionar correctamente.
Rabdomiólisis y daño renal: En quemaduras eléctricas o térmicas
profundas, la descomposición del tejido muscular puede liberar mioglobina en la
sangre, lo que puede dañar los riñones y causar insuficiencia renal aguda.
Trastornos electrolíticos y metabólicos: La respuesta del cuerpo a la lesión puede
causar desequilibrios severos en los electrolitos y otros problemas metabólicos
que afectan el funcionamiento celular y orgánico por la pérdida de líquidos, el
daño tisular y la respuesta sistémica del cuerpo, lo que puede provocar
desequilibrios como hiponatremia (sodio bajo en sangre) e hipopotasemia
(potasio bajo en sangre). La pérdida de líquidos y electrolitos se acelera por
la sudoración excesiva y las fugas del plasma hacia los tejidos dañados. Estos
desequilibrios pueden causar complicaciones graves como shock hipovolémico,
insuficiencia renal aguda y arritmias cardíacas.
Como podremos observar, las complicaciones que causan las quemaduras son
diversas, incapacitantes e incluso mortales, por lo que requieren atención
médica hospitalaria inmediata que incluso puede resultar prolongada. Siempre
será importante una valoración médica ante cualquier lesión de este tipo.
Ya en otra ocasión, hablaremos de que hacer y los cuidados en caso de
quemaduras.
Dr. Carlos Primitivo
Baquedano Villegas
Especialista en
Medicina Familiar
Cancún, Quintana Roo,
México. 01 de Octubre del 2025